Desde San Francisco
Quien haya visto House of Lies, la serie de HBO con Don Cheadle sobre el mundo de los consultores, puede desconfiar de lo que dice esta nota. Los profesionales que, según la ficción, de-sembarcan en compañías de cualquier rubro sin conocer mucho del tema, y se empapan hasta convencer a los accionistas de que son la mejor alternativa para solucionar problemas, cobrando grandes sumas por ello, hoy añaden otro expertise: la aplicación de la tecnología en el interior de las organizaciones para “optimizar” recursos, o dicho de otra manera, en muchos casos, reemplazar recursos humanos por automatización de procesos para mejorar las tasas de retorno.
El caso testigo en el mundo es Accenture, un gigante que factura más de 32 mil millones de dólares capaz de “hacer todo”. Todavía genera el 40% de sus ingresos por la “vieja” consultoría de escritorio, pero ya ingresa otro tanto con la “economía digital”: una parte asesorando sobre cómo tecnologizar procesos, y la otra, directamente desarrollando e incorporando esos mismos avances.
De hecho, cuenta con siete centros de innovación en todo el mundo, donde desarrollan software y, aplicaciones a medida de sus clientes. El último de ellos, el Liquid Studio, se inauguró en marzo en Silicon Valley en Estados Unidos. Allí, donde PERFIL viajó invitado por la compañía, desarrollan aplicaciones de realidad virtual o internet de las cosas a diferentes negocios, como desarrollos de turbinas a distancia usando los cascos de VR, o soluciones de seguridad para comercio exterior instrumentando con sensores y big data sistemas de alerta inteligente.
El principal insumo de firmas como Accenture son los recursos humanos. Esta empresa tiene 350 mil empleados, de los que 200 mil están en India. La búsqueda siempre es la combinación de habilidades al mejor precio. En la Argentina hay 3 mil empleados y las búsquedas son permanentes. Su plan es ir convirtiendo a la compañía, como otras firmas del ramo, en el puente para llevar Silicon Valley al corazón de los negocios cualquiera sea el segmento. Puede ser en la gestión de los recursos humanos, donde reemplazan al personal estable de una empresa ya no por la tercerización tradicional, sino por sistemas de profesionales en redes freelance, donde se pueden contratar expertos desde todo el mundo en sólo segundos, a través de un sistema que se conoce como crowdsourcing. O hasta en marketing digital: la compañía, a través de su departamento Interactive ofrece estrategias de comunicación y publicidad; para ello, lanzarán en meses de hecho su propia agencia de marketing digital en Sudamérica.
Una start-up para todo
El link entre las compañías y la tecnología muchas veces se resuelve encontrando la start-up adecuada, que puede haber sido desarrollada por la compañía a través de su fondo de inversiones Accenture Ventures que maneja el indio Jitendra Kavathekar, un hombre que conoce todo en el valle donde han pululado firmas como Yahoo, Google, Twitter o Facebook.
Si no emerge así la compañía con una solución determinada, Accenture es una firma que cuenta con US$ 4 mil millones de caja para salir de compras e incorporar decenas de compañías como lo ha hecho hasta ahora. Una de ellas, por ejemplo, es Applause, una firma capaz de simular en una oficina cómo corren aplicaciones en audiencias globales de cualquier país, edad u orientación sexual y probar así lanzamientos que luego van a ser exigidos por los consumidores. El mecanismo, conocido como crowdtesting, es uno de los desarrollos de los centros innovadores.