El ensayista e investigador libanés Nassim Nicholas Taleb desarrolló en 2007 la Teoría del Cisne Negro con la cual se busca señalar y explicar eventos de alto impacto pero que se encontraban fuera de las expectativas normales. No son casos absolutamentes impredecibles pero sí, cuando menos, difícil de prever en el trascurso esperable de la historia. La clave fueron los referéndums y votaciones en todo el mundo.
En este marco, el presente año que finaliza sorprendió a gran parte de la población mundial con hechos de índole política, social y hasta humanitaria. Ocurrió el "Brexit", el acuerdo de paz en Colombia, las elecciones en Estados Unidos y el referéndum en Italia. Incluso Fidel Castro, el líder que parecía que nunca iba a morir, lo hizo en 2016, según recuerda la agencia DPA.
El primer baldazo de agua fría lo representó el embate entre Reino Unido y la Unión Europea, el 23 de junio. Todo comenzó tiempo atrás, en momentos en que el partido de derecha UKIP, de corte nacionalista y euroescéptico, amenazaba con quedarse con parte del electorado conservador en las últimas elecciones británicas, por lo que David Cameron prometió la realización del referéndum con tal de mantener el poder político y ser reelecto, lo que finalmente consiguió en mayo de 2015.
Esta peligrosa jugada provocó lo que los principales medios de comunicación europeos denominaron entonces como un “terremoto político europeo”. Es que en contra de las esperanzas de Bruselas, el 51,9 por ciento de los británicos votó a favor de salir de la UE, en medio de un clima de argumentos proteccionistas y xenófobos.
Las consecuencias no se hicieron esperar: Cameron dimitió y dejó el Gobierno en manos de Theresa May, que ahora intenta sacar adelante un "Brexit" con el Parlamento en contra. La UE quedó al borde de una de sus peores crisis políticas, a la espera de que Londres haga efectiva su salida, y en el Reino Unido todavía se desconoce el efecto real que pueda tener su desconexión de Bruselas.
Tan sólo tres meses después un nuevo referéndum dejaría al mundo boquiabierto. En Colombia, se debía decidir el 2 de octubre si aprobaba el acuerdo de paz alcanzado por el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras décadas de enfrentamiento con la guerrilla. La elección de la escasa mayoría del 50,21% eligió el "NO" al acuerdo. Santos y las FARC anunciaron que seguían comprometidos con la paz y abrieron un nuevo diálogo con los sectores partidarios del "no". El acuerdo se renegoció -Papa Francisco mediante- y volvió a firmarse. El pasado 30 de noviembre fue aprobado por el Congreso colombiano, sin consultar esta vez de manera directa al pueblo. Aún resta un largo camino de aprobaciones y legitimidad, con intervención de la Corte Constitucional.
2016 aún depararía más sorpresas. A contramano de los encuestas y de los análisis de los más prestigiosos consultores políticos, un poco convencional multimillonario, acusado de machista y racista, llegaría a la Casa Blanca. El 8 de noviembre, la mitad de los estadounidenses confirmaba que prefería al republicano Donald Trump antes que a la demócrata Hillary Clinton, una ex secretaria de Estado que para ellos encarnaba lo peor del "establishment". El hombre que prometió construir un muro con México, expulsar a millones de indocumentados y cancelar tratados comerciales, se convertirá el 20 de enero en el 45 presidente de la primera potencia del mundo.
El sismo político también afecta a Europa. En medio de la crisis migratoria y de refugiados, la ola populista amenaza con expandirse también en Europa, donde los partidos ultraderechistas tienen cada vez más apoyo en muchos países y con elecciones en Francia, Alemania y Holanda el próximo año. Y quizás también en Italia, donde el primer ministro Matteo Renzi renunció hace escasas semanas después de que otro referéndum tumbase su propuesta de reforma constitucional.
Y cuando ya no se esperaba un golpe de Estado tradicional, Turquía sorprendió con una noticia que aún es materia de investigación y de acusaciones cruzadas. A mediados de julio un golpe intentó derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan, quien después de superar la asonada llevó a cabo purgas en casi todos los sectores. Desde entonces buscar instaurar un sistema presidencialiesta que aumente su poder.
Algo que tampoco parecía encontrarse a corto plazo era la morigeración del poder del autodenominado Estado Islámico. En donde las fuerzas de Bashar al Assad, apoyadas por Rusia, lograron importantes avances y reconquistaron el este de Aleppo, dejando más de 100.000 desplazados y cientos de muertos en ese enclave. La milicia terrorista sufrió asimismo derrotas estratégicas en Siria y sobre todo en Irak, donde perdió Falluya y el Ejército lanzó una ofensiva para recuperar Mosul. No obstante, la amenaza de más atentados en todo el globo continúa.
América Latina no sólo fue noticia por Colombia. Brasil aportó además la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por presuntas irregularidades fiscales, mientras el país sigue sumido en una grave crisis económica. En Venezuela, la tensión sigue aumentando entre el Gobierno y la oposición, en medio del deterioro de los servicios básicos y la inflación disparada.
Y por última, Cuba fue noticia. Al margen del deshielo de las relaciones con Estados Unidos, se produjo el fin de una época con la muerte de Fidel Castro.