Los padres de Madeleine McCann dicen que "nunca dejarán de esperar" encontrar a su hija mientras se enfrentan a pasar solos el 14 ° aniversario de su desaparición. Kate y Gerry deberán recordar a su pequeña en privado después de que se cancelara una reunión de oración al aire libre debido a la pandemia en curso.
La pareja está pidiendo a los simpatizantes que se reúnan de forma remota para recordar y orar por Maddie pocos días antes de su cumpleaños número 18 el 12 de mayo. El tío abuelo de Maddie, Brian Kennedy, ha dicho que la familia nunca ha dejado de tener esperanzas. "Lo importante es recordar el día lo más ampliamente posible", resaltó.
En su recuerdo, una vela sigue encendida las 24 horas del día en Cross Green manteniendo la ilusión sobre la niña desaparecido más famoso del mundo. Mientras tanto, la policía británica solicitó nuevos fondos para llevar a cabo la búsqueda global de 12.5 millones de libras esterlinas, que será aprobada por el Ministerio del Interior.
La desaparición de Madeleine McCann: un breve repaso del caso
Madeleine McCann desapareció el 3 de mayo de 2007, con poco más de tres años. Compartía vacaciones en Portugal junto a sus padres y los gemelos Sean y Amelie. La familia se hospedaba en un apartamento de Playa de la Luz del Algarve. Por la noche, Kate y Gerry cenaron con dos amigos mientras los menores dormían. Aquella sería la última vez en que verían a la pequeña.
No fue hasta el fines de aquel mes que sus padres decidieron pedir ayudar a las autoridades portuguesas y convocaron a medios tanto nacionales como internacionales con la esperanza de encontrarla. Con los días, crearían también una web para canalizar todo tipo de donaciones y aportes que pudiesen hacerse en nombre de la causa.
El primero de los sospechosos sería Robert Murat (35), británico divorciado y padre de una niña. Vivía a 100 metros del apartamento de la familia McCann, motivo por el cual estuvo en la mira de los investigadores. Tras registrar su vivienda, computadora y demás dispositivos electrónicos fue puesto en libertad debido a no encontrar vínculo alguno con el secuestro.
En el primer aniversario de la búsqueda, y tras conseguir pocos avances en la investigación, la lupa fue puesta sobre los progenitores de la pequeña de entonces tres años y luego sobre sus por manchas de sangre en la camioneta familiar. Sin embargo, las pruebas serían inconclusas. En julio de 2008, la Justicia de Portugal archivó el caso también por falta de evidencia.
Un año después, Kate y Gerry McCann volvieron a Lisboa en busca de nuevas pistas que pudieran traer un poco de certeza ante tanta incertidumbre. Su sed por repuestas desembocaría en un proceso judicial sobre el inspector de la policía lusa, Gonçalo Amaral, quien resultó ser inoperante durante la investigación y dimitió por supuestas presiones.
Amaral decidió redoblar la puesta sobre la familia McCann amenazándolos con publicar un libro en el que supuestamente contaría detalles que no habían salido antes a la luz sobre y en el que señalaba a los padres como responsables. Aunque los progenitores ganaron el juicio y evitaron el lanzamiento de "Maddie: La verdad de la mentira", éste sería publicado más tarde.
Llegado 2011, y con una Madeleine que debería de haber cumplido 7 años, sus padres enviaron una carta al entonces primer ministro del Reino Unido, David Cameron, pidieron reevaluar el caso. El gobierno británico accedió a hacerlo y, acto seguido, puso a disposición a las fuerzas de Scotland Yard, más conocida como la policía metropolitana de Londres.
El cuerpo policial determino a inicios de la nueva fase de investigación que no había pruebas suficiente como para afirmar que la pequeña estaba muerta. Dos años después de emitirse dichas declaraciones, Portugal reabrió el caso y, hasta el día de la fecha, la nación se mantiene expectante sobre lo que pueda averiguarse.
En 2018, el Ministerio de Interior británico solicitó fondos para la investigación, lo cual se concretó en una inyección de 172.000 euros para poder continuar con el caso. Mientras tanto, y en 2019, el gigante del streaming Netflix estrenó el documental "La desaparición de Madeleine McCann". Los padres de Maddie no fueron partícipes e indicaron que podría "obstaculizar" la investigación.
Casi un año después de la emisión de dicho documental, y en plena pandemia de coronavirus, Scotland Yard dio con una nueva pista. Los agentes encontraron un nuevo sospechoso en el caso: se trata de un pedófilo alemán llamado Christian Brüeckner (43), que en el momento en el que la joven desapareció, acampaba en su tráiler en la zona.
Brüeckner había sido detenido previamente en 2005 por el robo a una ciudadana norteamericana de 72 años, a quien también ató y golpeó. Producto de aquel intento de robo y acto de violencia, fue sentenciado a siete años de cárcel. Sin embargo, aun siendo información ciertamente relevante, ello no lo implicaba en la desaparición de Madeleine.
El hecho que permitió vincular al hombre con la pequeña se produjo en un bar en Alemania. Estando con amigo, y mientras ambos miraban las últimas noticias respecto del caso de Maddie en la televisión, comenzó a hacer alarde respecto de la investigación y hasta confesó a su compañero que él era responsable de dicho secuestro.
Luego, procedió a mostrarle un video perturbador desde su celular en el que Brüeckner aparecía violando a una mujer mayor. El ataque a esa anciana, desconocido por ese entonces por las autoridades, fue dos años antes de iniciarse el caso Madeleine, en un sitio cercano. Su amigo, asustado por las confesiones del hombre, acudió a la policía alemana, quienes lo detuvieron de inmediato.
JFG