INTERNACIONAL

A 50 años del discurso de Luther King, las diferencias persisten

Se cumple medio siglo del "I have a dream", pero aún hay problemas raciales en Estados Unidos.

Martin Luther King encabezó la "Marcha por la Liberad y el Empleo" el 28 de agosto de 1963.
| AFP

Era el 28 de agosto de 1963, hace exactamente 50 años, cuando el pastor bautista estadounidense Martin Luther King pronunciaba uno de los discursos más recordados de la Historia: “Yo tengo un sueño”. Medio siglo después de la “Marcha por la Liberad y el Empleo” dirigida por King -galardonado con el Premio Nobel de la Paz- Estados Unidos es gobernado por su primer presidente afroamericano, aunque las cifras indican que persiste la desigualdad racial en el país.

El discurso de Luther King reunió a unas 250.000 personas y su famosa letanía “I have a dream” (Tengo un sueño) expresaba su deseo de ver a las diferentes comunidades reconciliadas. Ese día, de calor agobiante, una multitud de personas se congregó frente al monumento a Lincoln, en Washington DC, cantando “Equality now!” ("Igualdad ya!") y cantando “We Shall Overcome” ("Venceremos"). Millones de personas siguieron la marcha por TV, entre ellos el presidente John Fitzgerald Kennedy, quien por entonces tenía pendiente la promoción de leyes que pusieran fin a la segregación racial en los estados conservadores del sur del país.

Pese a que era miércoles -a pedido de Kennedy no se realizó el fin de semana-, fue una de las manifestaciones más grandes de la historia de Estados Unidos: por lo menos 1.500 autobuses y 33 trenes organizados por los sindicatos y grupos afroamericanos llegaron a la capital, además de los transportes habituales.

El principal temor de las autoridades y la prensa era que la marcha se tornara violenta, por lo que se reservaron celdas en cárceles y se prohibió la venta de alcohol en restaurantes, bares y kioscos. Al final, hubo menos detenciones que un día cualquiera en la ciudad. El titular de tapa del The New York Times fue: “200.000 marchan por los derechos civiles en una ordenada manifestación en Washington. El presidente ve avances para los negros”.

King, de 34 años, fue el último orador de la jornada. Dueño de una capacidad de retórica conmovedora y carismática, el pastor apartó el texto del discurso al lado izquierdo del atril, miró a esas más de 250.000 personas y comenzó a hablar de forma completamente espontánea, improvisando: “Tengo un sueño: que un día incluso el estado de Mississipi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y justicia...”. Su sueño incluía la imagen de “niñas y niños negros capaces de darse las manos con niñas y niños blancos, como hermanas y hermanos”.

Cuenta pendiente. “Los objetivos de la marcha de 1963 no fueron enteramente alcanzados”, dice Benjamin Jealous, presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color, una de las más antiguas organizaciones que luchan por los derechos civiles en EE.UU. “El derecho al voto es atacado, el desempleo de los negros continúa aumentando y miles de niños negros viven en barrios pobres y concurren a escuelas segregadas, jóvenes negros son asesinados cada día en actos de violencia sin sentido”, agrega.

Algernon Austin -director del Programa de Raza, Etnicidad y Economía del Instituto de Política Económica, de Washington- afirma que “los objetivos económicos duros de la marcha, críticos para la transformación de las oportunidades de vida de los negros, no se lograron plenamente”, aunque sí hubo cambios históricos contra la discriminación de afroamericanos en lugares públicos, además de una ley contra la discriminación racial en el empleo y el derecho a voto.

Cifras citadas por Austin muestran que si bien la pobreza se redujo durante la década de los '60, desde entonces la reducción ha sido muy lenta y desigual, indicando que en la actualidad la tasa de pobreza de la población negra es casi tres veces mayor que la de los blancos.

Se afirma, además, que hoy el 45% de los niños negros vive en barrios con concentración de pobreza, mientras que sólo un 12% de los niños blancos pobres lo hace en barrios similares. En cuanto a la tasa de desempleo, el Instituto de Política Económica de los EE.UU. asegura que hace medio siglo era de 5% para los blancos y de 10,9% para los negros, mientras que hoy es de 6,6% y 14%, respectivamente.

En una entrevista concedida esta semana a un programa de radio, el presidente Barack Obama afirmó que Luther King “estaría maravillado por los progresos” logrados desde la época de la segregación, en cuando a igualdad ante la ley, el acceso al servicio judicial y a los miles de negros que lograron llegar a ocupar puestos en la política y la administración pública. No obstante, el presidente admitió que persisten importantes desigualdades entre las minorías y la mayoría blanca y que “tener un presidente negro no es suficiente”.

 

(*) Especial para Perfil.com