Desde Roma
Il Cavaliere vuelve con todo. Y jura que vuelve para ganar. Después de la absolución definitiva de los delitos de prostitución de menores y abuso de poder en el juicio por “Ruby robacorazones”, Silvio Berlusconi está eufórico y convencido de que, a sus 79 años, recuperará el cetro de líder indiscutido de la derecha italiana.
La Corte de Casación, en tercero y último grado de juicio, confirmó en la semana que no hay pruebas de que Berlusconi supiera que Ruby era una menor de edad cuando la chica pasó noches en la casa del entonces premier italiano. Tampoco hay pruebas de que haya hecho algo ilegal cuando llamó a la policía de Milán para que liberaran a la muchacha, a la que describió como nieta del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, una mentira total.
Como Il Duce. Está hambriento de venganza política el ex premier. Quiere volver a presentarse a las elecciones. Si gana, superaría un triste precedente, el de Benito Mussolini, que gobernó Italia 21 años, desde 1922 hasta 1943. Berlusconi fue premier por primera vez en 1994 y si lograra gobernar en la próxima legislatura, habrá ocupado durante 24 años, aunque no en forma consecutiva, el imponente Palazzo Chigi, sede del jefe de Gobierno.
Hasta la semana pasada, ningún analista hubiera apostado a resurrección política de Berlusconi. Su sentencia definitiva por fraude fiscal –cuya condena alternativa cumplió trabajando en una clínica para enfermos de Alzheimer un día a la semana en el último año– y, sobre todo, las escuchas telefónicas que lo mostraron rehén de los pedidos caprichosos de prostitutas y proxenetas, habían destruido su imagen pública de ganador.
“Sus electores se estaban yendo hacia la derecha xenófoba y reaccionaria de la Liga Norte”, dice a PERFIL el ex dirigente comunista Piero Sansonetti, hoy uno de los analistas más respetados de la política italiana.
“Parecía que Matteo Salvini, joven líder de la Liga, sería el futuro líder de la derecha en Italia, como en Francia lo hace Marine Le Pen, amiga y aliada de Salvin. Y no. Ahora cambia todo. Con Berlusconi que vuelve, Salvini tendrá que pelear fuerte para no desaparecer”, concluye Sansonetti.
En 21 años, 32 juicios y una sola condena
Govanni Toti, número dos de Berlusconi en su partido Forza Italia, dice a PERFIL: “Esta sentencia da vuelta la política italiana. Cierra veinte años en los cuales Berlusconi fue blanco de la Justicia. Finalmente vuelve la normalidad democratica”. Desde 1994 Berlusconi fue sometido a 32 juicios: siete prescribieron antes de la sentencia, 21 veces fue declarado inocente, en uno fue condenado por fraude fiscal, y tres juicios quedan abiertos. Los adversarios de Berlusconi responden que en el “juicio Ruby” Berlusconi no fue condenado sólo porque, durante el proceso, el Parlamento (con la mayoría de centroizquierda liderada por Matteo Renzi) cambió la ley sobre abuso de poder que llevó a su absolución. Para monseñor Nunzio Galantino, presidente de la Conferencia Episcopal, “la ley llega hasta cierto punto, el discurso moral es otro”. En el diario de los obispos, Avvenire, se lee: “El hecho de que el juicio haya terminado para Berlusconi no borra la gravedad institucional y moral de su caso”. ¿Cuál es la gravedad moral? Que el juicio demostró que en la casa de Berlusconi entraron prostitutas y hubo con ellas sexo. Sin embargo, esto en Italia puede ser pecado, pero no es delito.