Cuatro marines fueron inculpados por la Justicia militar estadounidense por la masacre en 2005 de 24 civiles iraquíes en la ciudad de Haditha, oeste de Bagdad, anunciaron los abogados defensores y familiares de los acusados.
Los militares fueron acusados este jueves por una corte marcial en Camp Pendleton, California (oeste) tras la matanza a sangre fría de 24 iraquíes en noviembre de 2005.
Los cuatro soldados forman parte del grupo de ocho marines procesados por la masacre de noviembre del año pasado, el peor caso de crimen de guerra que involucra a militares estadounidenses desde la invasión a Irak en marzo de 2003.
Uno de ellos es un comandante de escuadra de la iIfantería de marina que recibió 13 acusaciones de asesinato. Se trata del sargento Frank D. Wuterich recibió 12 cargos de asesinato de individuos, y un cargo de asesinato de seis personas por haberle ordenado a sus subalternos a “disparar primero y preguntar después'' cuando incursionaron en una vivienda, según los documentos judiciales divulgados por uno de los abogados.
Los fiscales alegan que los acusados salieron a matar a quien se les cruzara durante tres horas después de que uno de sus compañeros resultara muerto durante una patrulla en Haditha.
Los civiles iraquíes fueron asesinados en las horas después de que una bomba al lado de un camino volcara una patrulla del ejército la mañana del 19 de noviembre del 2005. Esa explosión mató a un infante de marina e hirió a otros dos.
Como consecuencia, cinco hombres iraquíes fueron muertos a tiros mientras se acercaban en un taxi y otros, incluyendo mujeres y niños, murieron cuando soldados fueron casa por casa en el área, atacando los hogares con granadas y fuego de metralla.
La infantería de marina inicialmente reportó que 15 iraquíes habían muerto en una explosión de una bomba en un camino, y que los infantes de marina habían matado a ocho insurgentes en el combate. Ese relato fue ampliamente desacreditado y reportes posteriores fijaron el número de muertos iraquíes en 24.
De los 24 civiles que murieron había tres niños, siete mujeres y cinco personas que viajaban en un taxi, según se informó. Algunos fueron asesinados mientras aún estaban en la cama, pues la presunta masacre comenzó poco después de las siete de la mañana.
En tanto, un vídeo grabado por un estudiante iraquí de periodismo tras el ataque y mostrado por la CNN muestra paredes agujereadas, ropas ensangrentadas y varias filas de cadáveres envueltos en mantas. Esas imágenes podrían convertirse en pruebas en futuros juicios.
El caso causó indignación internacional cuando salió a la luz ya que es uno de los tantos de presunto mal comportamiento de fuerzas estadounidenses de que se ha tenido conocimiento en esta guerra y la segunda vez en seis meses que funcionarios de Pendleton han sostenido conferencias de prensa para decir que están presentando cargos contra sus propios efectivos por matanzas en Irak.