El gobierno de Vladimir Putin fue acusado este lunes de haber utilizado a uno de sus espías para “robar” en Gran Bretaña de la vacuna anticovid desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, para crear la vacuna Sputnik V en Rusia.
“Los servicios de seguridad dicen que tienen pruebas de que uno de los espías de Vladimir Putin robó datos vitales” a AstraZeneca, aseguró el diario británico The Sun, que tuvo la primicia.
Los agentes de inteligencia británicos dijeron al periódico tener pruebas de que los rusos “robaron datos vitales de la empresa farmacéutica, incluido el plan para la vacuna de Covid”. El diario recordó que la vacuna rusa “utiliza una tecnología similar” a la diseñada por Oxford.
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El presunto robo de datos habría permitido que “Vladimir Putin pudiera crear su propia vacuna Sputnik V sospechosamente similar y ganar la carrera para producir la primera vacuna eficaz contra el coronavirus del mundo”, dijo el diario The Daily Mail.
Según estos informes, un “topo” bajo las órdenes del Kremlin en el Reino Unido fue “físicamente capaz de hacerse con el plano ultrasecreto” de la vacuna, pero no se sabe si se trató de un documento del laboratorio o la fábrica, o un frasco del medicamento terminado que luego se sacó de contrabando del país para el análisis.
“Reino Unido tiene los mejores científicos, pero Rusia tiene los mejores espías”
Las fuentes de Inteligencia dijeron a The Sun que tienen evidencia de que los espías del servicio de inteligencia ruso (SVR) habían “robado” los planes para la vacuna desde el interior de la compañía farmacéutica multinacional para diseñar su propia vacuna.
“Es justo suponer que ciertamente hay estados extranjeros a los que constantemente les gustaría tener en sus manos información confidencial, incluidos secretos científicos”, reconoció el ministro del Interior británico, Damian Hinds, quien se negó a reconocer el hecho.
“Vivimos en un mundo donde hay actividad estatal que busca participar en el espionaje industrial y el espionaje económico”, dijo Hinds. “Nos enfrentamos a amenazas de este tipo que son diferentes, son más sofisticadas, son más extensas que nunca”.
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“Creo que debemos tomarnos en serio el espionaje ruso y chino. Ya sea que se trate de robar el diseño de Astra-Zeneca o de chantajearnos con la energía por parte de estos regímenes autoritarios y totalitarios, debemos ser sabios con ellos”, dijo en una entrevista el diputado Bob Seely, experto en asuntos rusos.
“Sabemos que el Reino Unido tiene los mejores científicos e instalaciones de investigación, pero Rusia probablemente tiene los mejores espías”, dijo por su parte el parlamentario Andrew Bridgen.
El Fondo de Inversión Directa de Rusia, establecido por el gobierno estatal ruso, dijo a través de un comunicado emitido por la firma londinense de relaciones públicas Hudson Sandler: “Los informes de los medios del Reino Unido de que la Sputnik V de Rusia supuestamente se basó en la investigación de la vacuna Oxford/AstraZeneca es otra noticia falsa y una mentira descarada basada en fuentes anónimas”.
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Anteriormente, los agentes del servicio británico de Inteligencia (MI5) habían dicho que estaban “más del 95% seguros” de que los hackers rusos lanzaron repetidos intentos de llevar a cabo ataques cibernéticos en la Universidad de Oxford a partir de marzo de 2020, poco después de que anunciaran que habían comenzado a desarrollar una vacuna.
Rusia respondió a esas acusaciones sugiriendo que su propia vacuna estaba lo suficientemente avanzada frente a la competencia como para no tener “ninguna razón” para recurrir al espionaje. “Los británicos dicen que están casi seguros, o un 95 por ciento seguros en lo que dicen. ¿Por qué no el 96 por ciento? ¿O el 94 por ciento? Parece que sus servicios de seguridad tienen métodos de cálculo muy peculiares”, dijo entonces el portavoz de Vladimir Putin, Dmitry Peskov.
En junio de 2020, Oxford y AstraZeneca anunciaron que estaban comenzando los primeros ensayos de la vacuna contra el coronavirus en humanos y unas semanas más tarde el Kremlin dijo que los científicos rusos estaban desarrollando su propia vacuna. En agosto, Putin anunció que el país había ganado la “carrera” mundial creando la primera vacuna anti Covid-19.
En septiembre, los resultados de dos primeros ensayos clínicos realizados en Moscú y publicados en la prestigiosa revista británica The Lancet indicaron que la vacuna Sputnik V es segura y eficaz. De hecho, funciona exactamente de la misma manera que la vacuna británica, ya que ambas son vacunas de vectores virales, lo que significa que ambas usan otro virus inactivo para transportar el agente inmune que luego destruye el coronavirus.
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En julio de 2021, un informe del Network Contagion Research Institute (NCRI) culpó a las fábricas rusas de trolls de llevar adelante una campaña de difamación contra la vacuna desarrollada por Pfizer-BioNTech (EEUU y Alemania) con el objetivo de promover la propia vacuna Sputnik V del país. Las tácticas incluyeron la publicación y promoción de la cobertura negativa de Pfizer y la orientación a países específicos.
“Las empresas de marketing rusas se han acercado directamente a personas influyentes de las redes sociales” en países como Francia, Brasil, India, Indonesia y Canadá. Además, ofrecían “ una compensación financiera por promover historias fraudulentas y supuestamente' filtradas 'sobre las complicaciones de la vacuna Pfizer'”, decía el informe.
El artículo de NCRI continuaba: “En una publicación del blog del Consejo de Relaciones Exteriores, los miembros de Novetta, una empresa de seguimiento de la desinformación, revelaron que en el otoño de 2020, mucho antes de que los fabricantes de vacunas publicaran cualquier dato para confirmar la efectividad de la vacuna, la opinión pública de Sputnik V en África era sospechosamente alta”.
ds