INTERNACIONAL
Tambores de guerra

Airada reacción rusa: “Es una violación del derecho internacional”

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El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó ayer como una “agresión contra un Estado soberano” el bombardeo de Estados Unidos a una base aérea en Siria, que amenaza el incipiente deshielo entre el Kremlin y la nueva administración norteamericana de Donald Trump.
Según el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, la ofensiva es “una violación del derecho internacional, con un pretexto inventado”. El Kremlin considera que el ataque químico perpetrado el pasado martes en la localidad siria de Jan Sheijun, en el que murieron 85 personas, era la excusa que andaba buscando Washington para bombardear Siria, para “desviar la atención de la comunidad internacional sobre las múltiples víctimas entre la población civil en Irak”, donde tropas estadounidenses apoyan a las fuerzas de seguridad iraquíes en la lucha contra Estado Islámico (EI). El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, fue aún más allá al acusar a Washington de conducir la situación “al borde de un enfrentamiento militar con Rusia”. Pero Moscú no se limitó a la retórica antiamericana, ya que decidió suspender de inmediato el acuerdo de coordinación militar con EE.UU. para evitar incidentes aéreos en Siria, en vigor desde el año pasado, y convocó a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
Además, adelantó que reforzará las defensas antiaéreas de Siria y advirtió que las baterías antimisiles rusas que garantizan la defensa de las dos bases aéreas funcionan las 24 horas. También movilizó en el Mediterráneo la fragata Almirante Grigórovich, equipada con misiles de largo alcance Kalibr, con destino al puerto de Tartus, donde Moscú dispone de una base naval.
El Kremlin, que bloqueó en la ONU condenas a Al-Assad por el uso de armas químicas, considera que el ataque daña el proceso de paz en Siria, donde defiende la permanencia del mandatario en el poder.