Un sacerdote estadounidense fue asesinado en su propia parroquia de St. Bernard, en la ciudad de Eureka, ubicada a 450 kilómetros de San Francisco. El cuerpo Eric Freed, muy popular entre los feligreses del lugar, presentaba fuertes traumatismos.
Por el crimen, la policía sospecha de hombre de mediana edad identificado como Gary Lee Bullock, que había sido arrestado temporalmente antes del asesinato por su estado de embriaguez en la vía pública.
Los investigadores buscan por estas horas determinar cuándo y cómo fue asesinado el religioso. Frank Jager, alcalde de la ciudad, expresó que Freed era "una tremenda persona, querida por todos en esta comunidad" desde su llegada hace tres años, publicó el diario español El Mundo.
Jager resaltó que se trata de "una tremenda pérdida no sólo para la parroquia, sino para toda la comunidad".