El papa Francisco quedó cautivado el miércoles luego de ver desde el Papamovil como una niña había burlado el exhaustivo operativo de seguridad en Washington y logró pasar del otro lado de la valla para saludarlo y entregarle un regalo.
Esta enternecedora e inesperada situación no tuvo ni un sólo movimiento improvisado. Los miembros de una agrupación de Los Ángeles que defiende los derechos de los migrantes prepararon durante casi un año a Sophie Cruz para que le entregue al Sumo Pontífice un mensaje sobre la situación de los padres migrantes que viven en Estados Unidos sin residencia legal.
"Planeábamos hacer esto desde el momento en que supimos que venía a Estados Unidos", dijo a la agencia AP Juan José Gutierrez, de la Coalición por Plenos Derechos para los Inmigrantes. "Trabajamos durante un tiempo para intentar sensibilizar al público americano de que gestionar la inmigración no es sólo gestionar a las personas que llegaron sin documentos adecuados, sino que también tenemos incontables niños cuyos padres no tienen documentos'', agregó.
Gutierrez explicó que la pequeña fue seleccionada ya que "nos impresionó tanto a todos que sentimos que sería nuestra mejor portavoz" y contó que, en caso que el plan para atraer la atención del Papa fracasara, habría viajado a Nueva York y a Filadelfia para intentarlo nuevamente.
