Después de un acelerado juicio político en el que se destituyó al presidente paraguayo, Fernando Lugo, su vice, Federico Franco, asumió con alegría en una ceremonia organizada rápidamente y hasta con orquesta.
Franco llegó sonriente al Senado en el que un rato antes habían llevado adelante un brevísimo juicio político contra Lugo, por su "mal desempeño" durante el trágico desalojo de tierras hace unos días.
Al parlamento paraguayo le llevó poco más de una hora preparar la ceremonia, en la que incluso hubo una orquesta que interpretó el himno y en la que juró Franco como presidente.
En las calles, al conocerse la destitución de Lugo, se registraron algunos incidentes y la gente se mantenía expectante.
Franco, un cardiólogo que estaba enemistado con su ex jefe y antecesor, gobernará hasta las próximas elecciones de agosto de 2013.
"Es la historia paraguaya, su democracia la que ha sido herida profundamente y fueron transgredidos los principios de la defensa, cobarde y alevosamente", expresó Lugo después de su destitución.
Por su parte, al asumir, Franco expresó: "No vengo con resentimiento, no tengo odio, tampoco rencor".
"Me ratifico en hacer conservar la constitución y las leyes", afirmó el flamante presidente paraguayo, quien llegó al recinto acompañado de su esposa y levantó el puño en alto con una sonrisa.
"Toda mi vida he sido un convencido de la causa democrática", dijo, en un claro signo dirigido hacia la Unasur. También dijo que no piensa armar un nuevo programa de gobierno porque continuará con las políticas que se "hicieron bien" en el mandato de Lugo.