En una ceremonia marcada por el luto, Nicolás Maduro asumió en calidad de “presidente encargado” de Venezuela y podrá presentarse como candidato en las elecciones que deberá convocar dentro de los próximos 30 días.
La asunción, que estaba programada en la Academia Militar, finalmente tuvo lugar en la Asamblea Nacional, donde se hicieron presentes el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, el expresidente paraguayo Fernando Lugo, la senadora colombiana Piedad Córdova, el poder popular y el Alto Mando Militar.
Maduro juró al cargo levantando la mano derecha frente a su aliado y presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien le mostró un ejemplar de la Constitución. En ese momento, juró por los "niños, soldados, indígenas y los campesinos" y por la "lealtad más absoluta al comandante Chávez" que cumplirá la Constitución con la "mano dura de un pueblo que decidió ser libre".
Luego Maduro recibió la banda tricolor presidencial, y con la voz quebrada y entre lágrimas alcanzó a señalar: "Esta banda es de Chávez".
"¡Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro!" y “Chávez vive, la lucha sigue”, fueron los gritos de guerra que tronaban desde las gradas, cuando le colocaron la banda presidencial a Maduro.
"A la presidenta Tibisay Lucena oficialmente le pedí que cumpliera con todos los extremos constitucionales y legales de nuestra patria y con el mandato del artículo 233 convoque inmediatamente a elecciones presidenciales", dijo Maduro tras haber sido juramentado en el Parlamento.
El presidente encargado de Venezuela, a su vez, designó al yerno del fallecido Hugo Chávez Jorge Arreaza, ministro de Ciencia y Tecnología, como su sucesor. "Queremos nombrar en el cargo constitucional de vicepresidente de la República al camarada Jorge Arreaza", dijo Maduro.
Maduro le dedicó un mensaje ambiguo, que conjugó advertencias y cierto tono conciliador, a los Estados Unidos, que deberán "aprender a convivir con respeto con los pueblos insurrectos de América Latina". Asimismo, reconoció que su país "cuenta con relaciones extraordinarias con casi toda la sociedad de Estados Unidos".
El fallo del Tribunal Superior de Justicia despertó una encendida reacción del arco opositor. Fue así que los legisladores de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) no estuvieron en el acto, mientras que las críticas más duras salieron de boca del líder de la oposición Henrique Capriles, quien calificó de "política y fraude constitucional" la sentencia del Tribunal.
El nuevo hombre fuerte del chavismo deberá demostrar su poder de mando para dirigir un país en plena transición hacia las elecciones y su pericia para asumir la herencia política y, principalmente, social que Chávez ha legado en él.