Un atentado suicida a una mezquita chiita de Kunduz provocó la muerte de al menos 50 personas e hirió a otras 140 este viernes 8 de octubre en Afganistán. Matiullah Rohani, responsable regional de los talibanes, a cargo de la Cultura y la Información, aseguró que la explosión fue provocada por un kamikaze.
"Hasta ahora hemos recibido 35 cadáveres y más de 50 heridos", confirmó un médico del hospital central de Kunduz a AFP. Poco antes, un responsable local de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo que su clínica en esa localidad recibió "a más de 90 pacientes heridos y al menos 15 cadáveres".
De inmediato comenzaron a circular imágenes en las redes sociales que mostraban cuerpos ensangrentados repartidos en el suelo del lugar, ya que el ataque se produjo durante la oración del mediodía, que es una de las más concurridas de los viernes, que es el día de descanso musulmán.
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"Vi al menos 40 cadáveres", aseguró un comerciante local, Zalmai Alokzai, a la agencia de noticias y se dirigió inmediatamente al hospital para donar sangre para las víctimas. "Las ambulancias iban y venían para transportar los cadáveres", añadió.
"Era aterrador. Algunos vecinos murieron o están heridos. Un vecino de 16 años falleció, solo pudimos encontrar la mitad de su cuerpo", sumó una profesora que vive cerca de la mezquita.
Por el momento el atentado no fue reivindicado por nadie, pero se le atribuye al grupo yihadista Estado Islámico, ya que fueron responsables de actos similares en las últimas semanas. Hace cinco días, reivindicó un atentado contra una mezquita de Kabul en la que se celebraba una ceremonia funeraria tras la muerte de la madre de Zabihullah Mujahid, el portavoz talibán, fallecida la semana pasada.
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