Washington- El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, recibió a Benedicto XVI en el Salón Oval de la Casa Blanca. Los líderes conversaron sobre la situación política, económica y social en Latinoamérica y la inmigración que esta cuestión acarrea. Pero además, hubo tiempo para los festejos: el Papa sopló las velitas en conmemoración de su 81º cumpleaños.
Bush y Benedicto XVI "consideraron la situación en Latinoamérica en referencia, entre otros asuntos, a los inmigrantes, y la necesidad para una política coordinada respecto a la inmigración, especialmente su tratamiento humano y el bienestar de sus familias", afirmó un comunicado conjunto de la Casa Blanca y la Santa Sede.
El Papa ya manifestó ayer antes de aterrizar en Estados Unidos su preocupación por la separación de las familias de inmigrantes. "Esto es realmente peligroso para el tejido social, moral y humano", afirmó.
Para el Pontífice, la solución es tratar los problemas económicos en los países de origen que obligan a los emigrantes a buscar una nueva vida en otro país. El objetivo, según Benedicto XVI, debe ser "que haya suficientes empleos y un tejido social suficiente para que nadie tenga que emigrar".
La inmigración es la principal preocupación de la mayoría de los aproximadamente 45 millones de latinos que residen en Estados Unidos. El año pasado fracasó en el Congreso, con la oposición republicana, una propuesta de reforma migratoria impulsada por el propio Bush y los demócratas que habría regularizado la situación de los más de doce millones de inmigrantes ilegales, once millones de los cuales son latinos.
Fuente: AFP