George Bush lo recibió junto a su esposa al pie del avión. Aseguran que casi no
hablarán sobre Irak.
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AFP
El papa Benedicto XVI arribó a los Estados Unidos con una clara misión:
sanar la heridas surgidas como producto de los escándalos de sacerdotes pedófilos,
que tanto dañó la imagen de la Iglesia Católica estadounidense.
A bordo del avión que lo condujo a Washington, Benedicto XVI admitió que siente
"profunda vergüenza" por los sacerdotes pedófilos involucrados en dichos
escándalos.
Una vez que descendió de la aeronave, el Papa fue recibido
entre fuertes medidas de seguridad por George Bush y su esposa, Laura. Se estima
que mañana almorzará en la Casa Blanca y luego mantendrá una serie de reuniones,
aunque no está previsto que se vea con ningún candidato presidencial.
Por su parte, la vocero de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo que "realmente no
creo que el presidente tenga planeado destinar mucho tiempo a conversar sobre Irak con el Papa",
según declaraciones recogidas por la agencia AFP.
“El presidente estadounidense tiene pensado conversar con el pontífice sobre
los derechos humanos, las libertades religiosas, la lucha contra el terrorismo y contra los
extremistas, en particular en Medio Oriente, pero también sobre la ayuda a África”,
afirmó.
La visita de Benedicto XVI, que durará seis días,
es la primera a los Estados Unidos desde el comienzo de su pontificado hace tres
años.
El Para dará un discurso ante las Naciones Unidas el viernes, además de celebrar dos misas
ante decenas de miles de personas y visitar el sitio de los atentados de setiembre de 2001,
Ground Zero.
