INTERNACIONAL

Biden dijo a sus aliados árabes que EE.UU. no dejará que Rusia, China o Irán consoliden su influencia en Medio Oriente

El presidente estadounidense cerró ayer en Arabia Saudita una gira de tres días en la que buscó relanzar las relaciones con los países del Golfo, tradicionales aliados que sin embargo se negaron a condenar la invasión rusa a Ucrania. También buscó impulsar la suma de países árabes a los Acuerdos de Abraham con Israel. Riad hizo saber claramente que aún no está interesado. El gran ausente, pero omnipresente en la agenda de los diversos encuentros, fue el régimen de los ayatolas.

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Momentos. En la cumbre con líderes del Golfo, Jordania, Egipto e Irák. | afp

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer durante una cumbre en Arabia Saudita que su país seguirá plenamente comprometido con Medio Oriente y no cederá su influencia a otras potencias. “No nos alejaremos ni dejaremos un vacío para que lo llenen China, Rusia o Irán”, afirmó Biden en Yedá, Arabia Saudita. “Buscaremos construir sobre este momento con un liderazgo estadounidense activo y basado en principios”, agregó.

La cumbre, la última parada de la gira de Biden por Medio Oriente, congregó en esta ciudad de la costa del mar Rojo a los seis gobernantes del Consejo de Cooperación del Golfo, junto a los de Egipto, Jordania e Irak.

En su primer viaje a Medio Oriente como presidente, Biden pretendía esbozar su visión del papel de Washington en la región para no ceder influencia a Rusia y China. Ayer se reunió con el rey Salmán de Arabia Saudita y con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, el gobernante de facto que, según las agencias de inteligencia estadounidenses, “aprobó” la operación de 2018 que acabó con la vida del periodista Jamal Khashoggi.

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Biden calificó ayer de “indignante” la muerte de Khashoggi y dijo que había advertido al príncipe Mohamed contra nuevos ataques a los disidentes, sin especificar qué medidas podría tomar.

En la cumbre, Biden dijo a los líderes árabes allí reunidos que “el futuro lo ganarán los países que liberen todo el potencial de sus poblaciones, donde los ciudadanos puedan cuestionar y criticar a los líderes sin temor a represalias”.

Arabia Saudita y Estados Unidos firmaron el viernes 18 acuerdos en energía, espacio, salud e inversión, según un comunicado saudita.

Los dos países hicieron hincapié en “la importancia de su cooperación estratégica económica y de inversión, especialmente a la luz de la actual crisis en Ucrania y sus repercusiones, reiterando su compromiso con la estabilidad de los mercados mundiales de energía”, de acuerdo a una declaración conjunta.

Arabia Saudita acordó conectar las redes eléctricas del Consejo de Cooperación del Golfo con Irak, que depende en gran medida de la energía procedente de Irán, “para proporcionar a Irak y a su pueblo fuentes de electricidad nuevas y diversificadas”, dijo la Casa Blanca.

Washington quiere que el mayor exportador mundial de crudo abra los grifos para bajar los precios de los combustibles y reducir así las tasas inflacionarias en su país.

Tensiones por Ucrania. Biden prometió un paquete de mil millones de dólares para la seguridad alimentaria en Oriente Medio y el norte de África, amenazada desde la invasión rusa de Ucrania.

La invasión rusa de Ucrania ha puesto de manifiesto una divergencia antes impensable entre Washington y los principales aliados de Medio Oriente, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, gigantes petroleros cada vez más independientes en la escena internacional.

Los ricos países del Golfo, que acogen a las tropas estadounidenses y han apoyado a Washington durante décadas, se han abstenido de apoyar a la administración Biden en su intento de aislar a Moscú. Los analistas afirman que esta nueva postura revela un punto de inflexión en las relaciones del Golfo con Estados Unidos. 

En un gesto de acercamiento, Biden invitó ayer a su homólogo emiratí, el jeque Mohamed bin Zayed Al-Nahyan, a ir Washington antes de que acabe el año.

Israel. La Casa Blanca aprovechó el viaje para impulsar la integración entre Israel y los países árabes. Arabia Saudita se ha negado a unirse a los Acuerdos de Abraham, auspiciados por Estados Unidos, que en 2020 propiciaron los vínculos de Israel con Emiratos Árabes Unidos y Baréin.

No obstante, el viernes anunció el levantamiento de restricciones de sobrevuelo para aviones que viajan hacia y desde Israel, algo que Biden calificó como “histórico”. Sin embargo, el ministro saudita de Relaciones Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan, matizó ayer que esta decisión “no tiene nada que ver con los nexos diplomáticos con Israel”, y que “de ninguna manera es un impulso para nuevos pasos”.

Riad siempre ha dicho que mantendría la tradicional postura de la Liga Árabe de no tener relaciones con Israel mientras persista el conflicto con los palestinos.

 

La sombra de Irán y su programa nuclear siempre presente

Estados Unidos, los países del Golfo e Israel tienen por cierto muchas discrepancias, pero sí coinciden en considerar a Irán, y su programa nuclear, como una amenaza. 

El gobierno saudita reconoció ayer que la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo + 3 ha terminado sin avances sobre las conversaciones de reincorporación de Irán como socio pleno al acuerdo nuclear firmado en 2015 entre la república islámica y la comunidad internacional.

El ministro de Exteriores saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, ha explicado que el encuentro entre los líderes del Golfo, Jordania, Irak y Egipto con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, arrojó “conversaciones positivas” sobre la cuestión iraní, aunque “sin resultados concretos”.

En su lugar, el ministro ha indicado que la reunión tenía como objetivo primordial la evaluación del estado actual de las relaciones entre Estados Unidos y los países del Golfo durante la primera visita de Biden a la región como presidente norteamericano.

Irán ha anunciado la retirada de sus compromisos sobre varios de los puntos del acuerdo nuclear de 2015 después de que Estados Unidos se saliera del pacto de forma unilateral en 2018, si bien las autoridades iraníes han defendido que estos pasos pueden revertirse si Estados Unidos retira las sanciones y vuelve al acuerdo.

La única mención pública sobre Irán fue la que Biden introdujo durante su discurso de presentación, en el que aseguró que su país seguirá enfrentándose a “la amenaza que representa Irán”, y garantizó que su país “no solo perseguirá la disuasión de las amenazas, sino también reducir los conflictos donde sea necesario”, como ha ocurrido gracias al alto el fuego en Yemen.

“Nos interesa mucho”, añadió, “que no obtenga un arma nuclear”, antes de indicar que también se centrará en impedir que Teherán “socave la libertad de navegación por canales como el Estrecho de Ormuz”, rutas claves en el tránsito de crudo y otros bienes.

Un grupo de expertos estadounidenses dijeron previamente a Fox News Digital que si Irán obtuviera la capacidad de producir un arma nuclear, probablemente desencadenaría un efecto dominó que comenzaría con Arabia Saudita buscando los medios para defenderse de esa arma.

Biden describió las “actividades desestabilizadoras” de Irán como la causa de “cambios críticos” en la región. Se comprometió a trabajar con Arabia Saudita y otros socios de la región para garantizar que Irán no alcance una capacidad nuclear.