Joe Biden puede mostrarse siempre sonriente y no descerrajar tuits agresivos a cualquier hora del día o de la noche, pero su primera gira europea está demostrando que está mucho más decidido que Donald Trump a desafiar la expansión hegemónica de China, inclusive en el plano militar, tarea a la que quiere sumar a sus aliados europeos, asiáticos y a la OTAN.
La cosecha del paso del presidente norteamericano por la cumbre del G7, el fin de semana en Inglaterra, y por la de la Alianza Atlántica, el lunes en Bruselas -un plan económico para desafiar la “nueva ruta de la seda”, críticas a los derechos humanos en China y la mención a la “amenaza militar” del gigante asiático- irritaron profundamente a Beijing.
El G7 se suma al desafío global a la expansión China
El portavoz de la cancillería china, Zhao Lijian, negó que su país represente un “desafío sistémico” al orden internacional, como sostuvo la OTAN en su comunicado tras la cumbre, y rechazó las acusaciones del G7 por la situación de la minoría uigur de Xinjiang, la represión a las fuerzas democráticas de Hong Kong y la situación de Taiwán.
"Los asuntos de Xinjiang, Hong Kong y Taiwán son puramente asuntos internos de China, que no admiten ninguna injerencia de fuerzas externas”, subrayó el vocero Zhao, que advirtió que Beijing “salvaguardará resueltamente su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo”.
Tras la cumbre con la presencia del presidente norteamericano, el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, dijo que “China no es nuestro adversario, nuestro enemigo, “pero debemos hacer frente a los desafíos que plantea a nuestra seguridad".
“Nuestra alianza es sólida. La OTAN está unida y Estados Unidos está de vuelta", sostuvo Stoltenberg en la conferencia de prensa que brindó junto a Biden.
En su declaración, la Alianza Atlántica sostiene que “las ambiciones de China y su comportamiento representan desafíos sistémicos al orden internacional basado en reglas”, y llama a Beijing a “respetar sus compromisos internacionales y actuar con responsabilidad en el sistema internacional, incluyendo los dominios espacial, cibernético y marítimo".
Para Ezequiel Ramoneda, investigador de la Universidad de La Plata, Biden “no sólo está buscando recomponer los vínculos dañados por Trump en Europa y en algunos países asiáticos, sino que también ha empezado a coordinar una postura exterior multilateral desde distintos frentes”.
Estados Unidos, apunta por su parte Luciano Bolinaga, director del Centro de Estudios Legales, Políticos y Económicos de Asia de la Universidad Austral, “sabe que debe negociar con China pero que está en desventaja. Por eso busca deteriorar su imagen, generar un conflicto y así atraer a Beijing a la mesa de negociación”.
Los comunicados del G7 y de la OTAN indican que el mandatario estadounidense ha logrado convencer a sus aliados europeos quienes, “pese a saber que sus vínculos con China son complejos, ya que entran cuestiones militares, tecnológicas, económicas, de infraestructura e inversiones, aceptan ahora estar más atentos al accionar de Beijing”, agrega Ramoneda.
Biden, subraya el especialista, secretario académico del departamento Asia y Pacífico de la UNLP, “está construyendo una estrategia diplomática multilateral que está surtiendo efecto, para avanzar sobre la presencia asertiva de China, para contenerla o para encauzarla en lo que llaman un orden basado en reglas”.
Pero el portavoz Zhao de la cancillería china rechazó de plano la existencia de un “orden basado en reglas”, como afirma la OTAN. “Sólo existe un sistema y un tipo de orden, que son el sistema internacional, con la Organización de las Naciones Unidas como núcleo y el orden internacional basado en el derecho internacional”, afirmó.
“Forjar camarillas, practicar la política de bloques y obligar a otros países a elegir entre bandos con base en la ideología contraviene la tendencia histórica de paz, desarrollo y cooperación. Está condenado a ser impopular y a fracasar”, acusó Zhao, que negó que exista una “amenaza militar” de su país.
El difícil equilibrio entre el amigo americano y el socio chino
El vocero sostuvo que su país lleva adelante el “el desarrollo normal de la defensa nacional y la modernización militar” de China, cuyo gasto militar per cápita “es inferior a una quinta parte del de la OTAN y menor que el promedio mundial”, subrayó.
Bolinaga advierte que “cuanto menores son las asimetrías de poder entre las grandes potencias el sistema se vuelve más inestable y tendiente a conflictos de escala global. Con la velocidad con la que se producen los cambios en nuestros días no deberíamos descartar la eventualidad de un nuevo conflicto a gran escala”.
“Hoy Estados Unidos tiene dos opciones: o construye una comunidad del Pacífico como otrora hizo con el Atlántico, o enfrenta a China. En el primer escenario el sistema se vuelve más estable, en la segunda el escenario puede ser apocalíptico”, concluye el especialista de la Universidad Austral.
CP