INTERNACIONAL
a días del fallo por golpismo

Bolsonaro no se alimenta y tiene un cuadro de vómitos

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Afectado. “El viejo está delgado”, dijo Carlos, su hijo. | afp

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro no tiene ganas de alimentarse y continúa presentando un cuadro de vómitos constantes, lo que está debilitando seriamente su salud, a pocos días de conocer su suerte en el juicio que enfrenta por golpismo.

“El viejo está delgado, no quiere alimentarse y sigue enfrentando interminables crisis de hipo y vómitos. Duele mucho ver todo esto”, dijo en X Carlos Bolsonaro, el segundo de los cinco hijos del líder conservador.

Jair Bolsonaro, de 70 años, cumple prisión domiciliaria desde hace casi un mes en la capital brasileña y debe usar tobillera electrónica, restricciones impuestas en el marco de una investigación por un presunto intento de obstruir el proceso judicial en su contra.

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El líder de la derecha brasileña es acusado de ser la cabeza de una “organización criminal” que conspiró para impedir la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tras su victoria electoral en 2022.

La corte suprema decidirá el veredicto entre el 2 y el 12 de septiembre. Bolsonaro, quien insiste en que es inocente, podría enfrentar hasta cuarenta años de prisión si es hallado culpable.

El exjefe de Estado (2019-2022) sufrió de hipo y vómitos en julio, síntomas de renovados problemas en el aparato digestivo derivados de una puñalada sufrida en 2018, durante un atentado en un acto de campaña política.

Debido a esa crisis, en agosto se realizó exámenes médicos que revelaron que había tenido recientemente dos neumonías.

En abril había sido sometido a una larga cirugía para solucionar una obstrucción intestinal, en una de varias intervenciones desde la puñalada. Bolsonaro permaneció internado durante tres semanas tras la operación.

Pese al cuadro de salud del exmandatario, el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes ordenó reforzar la vigilancia sobre la residencia para evitar fugas.

No solo controlan el perímetro de la residencia, sino también los vehículos que ingresan y salen del lugar.

Justificó esa medida por la solicitud de la administración penitenciaria de Brasilia, según la cual hay “puntos ciegos” no visibles desde la fachada de la residencia, lo que representaría un “riesgo”.