La ciudad brasileña de San Pablo y su cinturón metropolitano, de 21 millones de habitantes, está en un avanzado proceso de recuperación de su actividad. El tránsito retornó a los clásicos embotellamientos, con decenas de kilómetros de ómnibus, autos y camiones, atascados en puntos clave de la capital.
Los medios de transporte público van llenos, como antes de la pandemia; y las calles de los centros comerciales retornaron al bullicio tradicional. Por ser el estado donde más se ha vacunado a la población (70% de los habitantes recibieron al menos la primera dosis) y por albergar el parque industrial más poderoso, el gobernador Joao Doria decidió flexibilizar al máximo todas las actividades. A modo de prevención, mantiene en vigencia la obligatoriedad de circular con mascarillas hasta fines de este año.
Sin embargo, para los investigadores del COVID-19 “la guerra no terminó”. Ellos advierten que nada es peor para los brasileños “que las autoridades no combatan el clima de: ya se ganó”. Señalan que los inmunizantes no protegen en forma integral: en consecuencia, la aparición de la variante Delta del Coronavirus puede convertirse en un “gran riesgo”.
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Los científicos describen esa cepa, nacida en la India, como mucho más contagiosa que el virus original. Así lo señala la Fundación Fiocruz, un instituto científico de excelencia de Río de Janeiro. En su boletín semanal sobre la evolución de la pandemia, la institución pone de relieve que la epidemia continúa y señala que, de nuevo, los ancianos vuelven a ser las mayores víctimas de la dolencia. Los datos surgen, según los especialistas, de las estadísticas de personas internadas con edades mayores.Ese segmento muestra hoy proporcionalmente, el mayor porcentaje de muertes.
Fue precisamente ese aumento el que indujo al Ministerio de Salud a evaluar la aplicación de la tercera dosis para los ancianos, catalogado como sector más vulnerable. Inclusive, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitariaelevó el último miércoles la recomendación de esa estrategia para frenar la transmisibilidad en mayores. El documento de Fiocruz indica claramente: “Es fundamental que se complete el esquema de vacunación en la población más endeble, para evitar los casos graves y frenar los decesos relacionados con la variante Delta”.
Frecuencia alta de tests positivos
La positividad de los tests continúa alta. Esto implica una circulación intensa del Sars-CoV-2. Además, la tasa de letalidad es de 2,8%, considerada alta con relación a otros países que exhiben un nivel de vacunación similar. “Con respecto a las muertes, la situación es más dramática en las edades más longevas”. En el informe, Fiocruzindica queactualmente 70% de los muertos por Covid superan los 60 años.
Y añade que países como Brasil, con tasas importantes de empleo informal, transportes abarrotados y viviendas precarias, suponen un peligro más grande en cuanto a la exposición al virus.
A eso hay que sumarle la incidencia actual del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SRAG), queera provocado anteriormente por otros virus; y hoy, son generados por el COVID-19. Esa “incidencia está en niveles muy altos, lo que indica una transmisión significativa del coronavirus, dado que la mayor parte de los casos de SRAG se corresponde con la infección por COVID-19”.
CP