Por unanimidad, el Supremo Tribunal de Justicia de Brasil (STJ) votó a favor de reducir la condena del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción pasiva y lavado de dinero de 12 años y un mes a 8 años y 10 meses de cárcel.
Este fallo, le permitiría al exmandatario, de 73 años, beneficiarse antes de fin de año de un régimen semiabierto, con derecho al trabajo diurno, de acuerdo con expertos judiciales. Sería a finales de septiembre, poco antes de completar un año y medio en la cárcel.
Con la reducción de la pena, la posibilidad de que Lula deje la prisión este año se basa en la Ley de Ejecución Penal, que permite la progresión hacia un régimen semiabierto al preso que haya cumplido un sexto de su pena.
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La reducción fue votada por los magistrados Felix Fischer, Jorge Mussi, Reynaldo Soares da Fonseca y Ribeiro Dantas. El quinto integrante del STJ, Joel Paciornik, no participó de la decisión, según consignó el portal Folha de S.Paulo.
Además de la reducción de la pena, la mayoría del Tribunal votó a favor de disminuir el valor de la multa impuesta a Lula por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región, de 280 días-multa (alrededor de R $ 1 millón) a 175 días-multa (R $ 633,5 mil). El día-multa es el valor de cinco salarios mínimos en 2014 (R $ 3.620), época del último hecho delictivo señalado en la acusación.
Por último, el valor de la reparación por los daños causados por los crímenes también fue reducido por la mayoría a R $ 2,4 millones, en lugar de los R $ 16 millones calculados como perjuicio de Petrobras. En este sentido, los ministros destacaron que la eventual progresión de la pena depende del pago de la indemnización por parte del condenado.
Lula fue condenado a 12 años y un mes por acusado de haber aceptado un departamento tríplex junto al mar como soborno por ayudar a la empresa constructora de la OEA durante su presidencia de 2003-2010 para obtener contratos con la petrolera estatal Petrobras.
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Asimismo, fue condenado en febrero pasado a otros 12 años y 11 meses de cárcel por un tribunal de primera instancia por la realización de reformas en otra propiedad, igualmente, a cambio de contratos en la petrolera estatal.
El exmandatario alega que fue condenado sin pruebas y denuncia una persecución judicial para impedir que el Partido de los Trabajadores (PT) volviera al poder en las elecciones de octubre pasado, en las que venció el ultraderechista Jair Bolsonaro. Lula era favorito en las encuestas hasta su inhabilitación.
Sus abogados piden su absolución, y últimamente presentaron la alternativa de que las acusaciones de lavado de dinero sean consideradas como crimen electoral, lo cual podría reducir su pena. Lula enfrenta además otras causas que esperan sentencia, pero su estadía en prisión se debe al caso del tríplex de Guarujá, dado que la ley brasileña permite que el primer recurso se pueda presentar en libertad.
MS/ CP