Lula da Silva: "Estoy preso injustamente por un crimen que nunca existió"

El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que este 7 de abril cumple un año encarcelado en la prisión de Curitiba aseguró que tiene "la conciencia tranquila" y denunció que está "preso injustamente por un crimen que nunca existió". "Puedo dormir con la conciencia tranquila de mi inocencia. Dudo que tengan el sueño tranquilo los que me condenaron en una farsa judicial", sostuvo el exmandatario en una carta que publicó en el diario Folha de Sao Paulo.

Lula, quien fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010 fue condenado en primera y segunda instancia por corrupción pasiva y lavado de dinero, como beneficiario de un departamento que, según la justicia, habría sido puesto a su disposición por constructoras para obtener contratos con Petrobras en el marco de la investigación Lava Jato. En febrero de este año, fue sentenciado a otros 12 años y 11 meses, al considerar que obtuvo reformas en una casa de campo, igualmente a cambio de contratos en la petrolera estatal.

Lula cumple un año preso, entre la desazón personal y la vigencia política

"Nada han encontrado para incriminarme: ni conversaciones de bandidos, ni bolsos de dinero, ni cuentas en el exterior. A pesar de todo, fui condenado en un plazo récord por Sergio Moro y por el TRF-4, por 'actos indeterminados' sin que encontraran ninguna conexión entre el departamento que nunca fue mío y supuestos desvíos de Petrobras", sostuvo en el artículo.

Lo cierto es que buena parte de las pruebas esgrimidas para encarcelar a Lula provienen de la confesión del expresidente de una constructora que pactó una baja en su condena a cambio de apuntar al expresidente. Por ese testimonio el juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro, dictó su condena a prisión aún cuando no pudo encontrar pruebas documentales del delito.

En esta línea, Lula continúa su artículo con la denuncia de que el impeachment contra su sucesora Dilma Rousseff se trató de un "golpe contra el modelo de desarrollo con inclusión social que el país venía construyendo desde 2003. En 12 años, creamos 20 millones de empleos, sacamos a 32 millones de personas de la miseria, multiplicamos el PIB por cinco. Abrimos la universidad para millones de excluidos. Vencimos el hambre", sentenció.

Rousseff fue destituida por el Parlamento en agosto de 2016 tras ser reelecta, acusada de irregularidades en el manejo de fondos públicos a través del llamado "impeachment". En su lugar asumió su vicepresidente, Michel Temer, quien recientemente fue detenido también en el marco del Lava Jato, aunque fue excarcelado poco después.

"Mi candidatura fue prohibida contrariando la ley electoral, la jurisprudencia y una determinación del Comité de Derechos Humanos de la ONU para garantizar mis derechos políticos. Y, aún así, nuestro candidato Fernando Haddad tuvo expresivas votaciones y solo fue derrotado por la industria de mentiras de Bolsonaro en las redes sociales", continuó Da Silva en su escrito.

"Lo que más me angustia, sin embargo, es lo que pasa con Brasil y el sufrimiento de nuestro pueblo. Para imponer un juicio de excepción, rompieron los límites de la ley y de la Constitución, debilitando la democracia. Los derechos del pueblo y de la ciudadanía han sido revocados, mientras imponen el descalabro de los salarios, la precarización del empleo y el alza del costo de vida", manifestó.

Actos. Varios miles de simpatizantes del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silvale mostraron este domingo su apoyo frente a la cárcel de Curitiba (sur) en la que está preso por corrupción desde hace justamente un año.

Manifestaciones similares fueron convocadas en otras ciudades de Brasil, entre ellas Sao Paulo y Belo Horizonte, y otros países para protestar contra el encarcelamiento del patriarca de la izquierda brasileña, que cumple pena de 12 años y un mes, y que en el mes de febrero fue condenado a otros 12 años y 11 meses en otro causa. 

Si esta pena es ratificada en segunda instancia, sus condenas sumarían 25 años. Pero bajo la ley brasileña podría gozar de un régimen semiabierto con cuatro cumplidos, un sexto de la sentencia, siempre que no sea condenado en otro de los procesos que tiene abiertos.

M.S./D.S.