Los combates entre Rusia y Ucrania, y la intervención ejercida por Estados Unidos desde lejos, mediante sanciones cada vez más duras, comprometen no sólo la vida en Europa. Alcanza, cada vez con mayor fuerza, al resto del mundo. Los países sudamericanos como Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela, que podrían beneficiarse del auge de los precios de cereales y combustibles, sufren por esa misma razón procesos inflacionarios que castigan sus sociedades.
La propia FAO, la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, indició este viernes 11 que el conflicto del Este europeo elevará los precios de esas commodities entre 8 y 20 por ciento. De acuerdo con la ONU, en la primera evaluación de sus técnicos no se insinuaba semejante escalada. Apostaban todavía a una Ucrania capaz de realizar la cosecha de trigo; especialmente porque es el octavo productor mundial y el quinto exportador de ese cereal: en apenas dos décadas saltó de 10 millones a 25 millones de toneladas. Y en maíz tuvo un ascenso todavía mayor, al pasar de 4 millones a 30 millones de toneladas.
De prolongarse la colisión militar entre rusos y ucranianos, las Naciones Unidas estiman que el impacto de los faltantes de ambas materias primas empujará las cotizaciones de cereales a límites impensados.
De prolongarse la colisión militar entre rusos y ucranianos, las Naciones Unidas estiman que el impacto de los faltantes de ambas materias primas empujará las cotizaciones de cereales a límites impensados
En Brasil hubo a comienzos de este 2022 un fuerte alivio de los bolsillos de sus habitantes. Diversas medidas tomadas por el presidente Jair Bolsonaro, que aspira a su reelección en octubre próximo, pusieron mucho dinero en circulación entre las clases medias y las más bajas. Eso tuvo una repercusión casi inmediata en la mejora de la imagen del jefe de Estado, que se expresó en un alza de su popularidad: de haber caído a apenas 25% de simpatía entre los ciudadanos, pasó ahora a 28% y disminuyó la distancia que guarda con el ex presidente Inácio Lula da Silva que aspira, también, a retornar al Palacio del Planalto. El líder petista conserva todavía la primacía con 43% de favoritismo.
El resurgimiento de la inflación, que los últimos 12 meses trepó a 10,54%, empieza a horadar el proyecto de Bolsonaro de prolongar su estadía en Brasilia por otros cuatro años. Basta ir a un supermercado, o una feria, en cualquier barrio de San Pablo para avizorar cómo la nueva guerra termina por afectar a naciones que guardan más de 10 mill kilómetros de distancia. La mayor preocupación del momento la causa, como es lógico, el ajuste despiadado de los combustibles.
Por primera vez en mucho tiempo se observaron colas de camiones y autos en las estaciones de servicios
Este jueves 10, la estatal Petrobras decidió “reajustar” los costos de naftas en 18,7%, de diésel en 25% y. de gas licuado en 16%. Y no fue porque sufriera algún atraso, pues el alza de los combustibles en los últimos 12 meses fue de 32,6%, el diésel trepó en ese período 40,5% y otro tanto ocurrió con el etano y el gas. Por primera vez en mucho tiempo se observaron colas de camiones y autos en las estaciones de servicio, que buscaron llenar sus tanques antes del reajuste que este viernes entró en vigencia.
La explicación de los ejecutivos de Petrobras ante semejante ascenso se basó en la necesidad de acompañar los valores vigentes en el mercado mundial. Según afirmaron especialistas, el precio del barril de petróleo hoy está 114 dólares, pero recuerdan que llegó a valer 140 dólares a comienzos de la semana.
Además de afectar los alimentos, por el encarecimiento del transporte, también impacta de lleno en la industria, especialmente la de productos plásticos. El presidente de Abiplast, José Ricardo Roriz, la cámara que representa a las compañías del sector, sostuvo que hoy “existe una situación de emergencia y exige (del gobierno federal) un conjunto de medidas de alivio”. El industrial juzgó que “Petrobras tomó resoluciones precipitadas con un ajuste de esa magnitud. Resolvió su situación pero le cargó el problema a los demás”. Para los empresarios, el reajuste en el diésel afecta particularmente la alimentación de los brasileños que sufrirán “un salto brutal en el costo de vida”.
Paulo Guedes, el ministro de Economía, aseguró que si se prolonga la guerra en el oriente europeo, “el gobierno empezará a estudiar la implantación de subsidios a los combustibles”.
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.
cp