INTERNACIONAL
Debate histórico

Brexit: el Parlamento inglés sesiona durante un sábado por primera vez desde Malvinas

Luego del acuerdo entre Johnson y la UE, el tema necesita la aprobación de la Cámara de los Comunes. Boris Johnson lucha por convencer a los legisladores más duros.

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La reina Isabel en el Palacio de Wesminster durante la apertura de sesiones parlamentarias. | DPA

Mientras corren las horas hacia el límite del 31 de octubre, el primer ministro británico, Boris Johnson, encabeza una frenética campaña de persuasión para convencer a los diputados más recalcitrantes que apoyen el nuevo acuerdo sobre el Brexit, en el marco del voto histórico que se espera en el Parlamento británico este sábado 19 de octubre.

Será la primera vez que los legisladores ingleses sesionen un sábado desde 1982, cuando el Parlamento debatió temas vinculados con la Guerra de Malvinas con la Argentina.

Inflexible en su decisión de sacar a su país de la Unión Europea (UE) el 31 de octubre, Johnson se mostró "confiado en que este excelente acuerdo sea aprobado" durante la sesión excepcional en Westminster, que le dará al sábado un tono histórico luego de 37 años.

La tarea de Johnson se anuncia difícil y el premier deberá pelear cada voto, en una pulseada que se anuncia ajustada.

El jueves, Johnson multiplicó las llamadas de teléfono a los diputados, según Downing Street, y deberá continuar su campaña de persuasión todo este viernes. El gobierno conservador solo cuenta con 288 diputados, frente a una mayoría absoluta de 320 escaños en la Cámara de los Comunes, donde la ex primera ministra Theresa May fracasó en tres ocasiones en su intento de adoptar su acuerdo de divorcio, antes de tirar la toalla.

Los partidos de la oposición ya advirtieron que votarían en contra del acuerdo. El Labour (Partido Laborista) argumenta un posible deterioro de los derechos de los trabajadores y de las leyes medioambientales tras el Brexit.

El partido unionista norirlandés DUP, aliado clave del ejecutivo en Westminster, se opone al acuerdo, que en su opinión rompe la integridad del Reino Unido, al prever un tratamiento diferente para Irlanda del Norte. El diputado del DUP para el Brexit, Sammy Wilson, insistió este viernes en su negativa a cambiar: "Puedo daros la total garantía de que no votaremos por este acuerdo", declaró en la BBC.

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Johnson debe conseguir apoyo parlamentario.

EL DUP cuenta solo con 10 escaños en los Comunes, pero su luz verde habría permitido convencer a las pocas docenas de partidarios de un Brexit más duro del Partido Conservador, cuya posición se desconoce.

Es un acuerdo "ganador" para el Reino Unido porque "recuperamos el control de nuestras leyes, nuestras fronteras, nuestro dinero", defendió el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, en la BBC. En la línea de mira de Johnson se encuentran los partidarios de un Brexit más duro así como los diputados laboristas que representan circunscripciones favorables a la salida.

La prensa británica les dedicaba el viernes sus titulares. "Sean realistas, tomen el acuerdo", titulaba el tabloide euroescéptico The Sun, mientras que el Times estimaba que sería "estúpido" que rechacen el acuerdo.

"Es un mal acuerdo pero pensaba que no habría Brexit en absoluto, me plantearía votar a favor", admitió el laborista Graham Stringer en la BBC. El responsable de los asuntos económicos del Labour, Jhon McDonnell, advirtió que habría "consecuencias", sin dar más precisiones, para aquellos que desafíen la consigna de voto del partido.

Un fracaso de Johnson en el Parlamento prolongaría la gran incertidumbre en la que está sumida el Reino Unido desde la aprobación del Brexit en el referéndum de junio de 2016.

Johnson, que llegó al poder con la promesa de sacar al Reino Unido de la UE a cualquier precio el 31 de octubre excluye categóricamente aplazar la salida, ya pospuesta dos veces, sin explicar en cambio cómo lo haría. Para la oposición, la mejor solución sería volver a consultar a los británicos en un referéndum.

El compromiso alcanzado el jueves establece normas aduaneras especiales para los productos que llegan a Irlanda del Norte -que queda baja jurisdicción aduanera británica- en el caso de que pasen a Irlanda, parte del mercado único europeo. Se trata de evitar el regreso de una frontera física entre Irlanda del Norte británica y la República de Irlanda, que seguirá siendo miembro de la UE.

En términos más generales, el texto establece las condiciones de divorcio, en particular en lo que respecta a los derechos de los ciudadanos y a los compromisos financieros, e introduce un periodo de transición hasta diciembre de 2020.

AFP/HB