El último intento de Theresa May por lograr que su acuerdo para el brexit sea aprobado en el Parlamento fracasó, lo que deja al Reino Unido con la opción de salir de la Unión Europea en dos semanas o permanecer por muchos meses más en el bloque que ha intentado abandonar desde 2016.
El Parlamento rechazó el viernes su acuerdo de divorcio por 344 votos a 286, la tercera derrota de un trato que la UE afirma es el único en la mesa. May ofreció renunciar como primera ministra para hacer que el acuerdo prosperara, pero ni eso fue suficiente para convencer a los partidarios del brexit de su Partido Conservador.
May ahora tiene tres opciones: retractarse y sacar al país del bloque sin acuerdo el 12 de abril; pedir a la UE una extensión larga para reformular toda su estrategia para el brexit; o convocar elecciones generales a fin de salir del impasse. El Parlamento votará el lunes sobre varias alternativas al plan de la mandataria.
El Brexit al borde del colapso
Si surge una mayoría a favor de un brexit más suave, como se espera, May tendrá que decidir si hará lo que se le dice y se arriesga a una rebelión o convocará elecciones sobre la base de que el Parlamento le está pidiendo que cumpla con algo que va en contra de promesas de campaña anteriores.
El viernes debía ser el día en que el Reino Unido abandonara el bloque después de más de 40 años de membrecía y casi tres años de disputas por el divorcio. En cambio, las luchas internas y la parálisis continúan, mientras que empresas, inversionistas y ciudadanos no esconden su frustración por la incertidumbre.
El impacto en la economía fue puesto al descubierto por cifras del viernes que muestran que inversión de empresas ha caído durante cuatro trimestres consecutivos, la racha negativa más larga desde la crisis financiera hace una década.