Christian Brüeckner, uno de los principales y más recientes sospechosos en la desaparición de la nena británica Madeleine McCann, difundió una carta escrita desde la cárcel con la que, junto a un extraño dibujo, aseguró ser inocente de lo que se le acusa.
Brüeckner fue detenido en 2005 por el robo a una ciudadana norteamericana de 72 años, a quien también ató y golpeó. Producto de aquel intento de robo y acto de violencia, fue sentenciado a siete años de cárcel. Sería acusado también de abusar de su propia hija.
Sin embargo, el hecho que permitió vincularlo con la pequeña que desapareció en 2007, se produjo en un bar en Alemania. Estando con amigo, alardeó respecto de la investigación sobre Maddie y hasta confesó ser el responsable de dicho secuestro.
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Quien se encontraba con él decidió alertar a la policía local, que procedió a detenerlo inmediatamente y sin interrogatorio previo, a fines del año 2019. Tras dos años de silencio, accedió a hablar por primera vez desde que recibió tales acusaciones.
A través de un breve escrito, con fecha del 8 de mayo, opinó: “Acusar a un sospechoso es una cosa, pero es algo completamente diferente cuando un fiscal inicia una campaña de prejuzgamiento público antes de iniciar el proceso principal”.
Calificó lo sucedido como “un escándalo increíble" a la vez que insistió en estar siendo víctima de una campaña difamatoria. Habló también sobre la libertad de expresión: "No está pensada para que la gente diga o escriba lo que le gusta oír a la mayoría”.
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En los últimos tramos de la misiva, solicitó a los fiscales del caso sus respectivas renuncias: “Ambos demuestran que no son aptos para el cargo de ‘defensores honestos del pueblo alemán. Realmente, son una vergüenza para los alemanes.
Acompañó la carta con un dibujo aparentemente realizado por él, en el que representa a los fiscales Wolters y Ute Lindemann en una pizzería, pidiendo un “filete forense”. De esta manera, intenta evidenciar que ninguno de los dos no tienen pruebas en su contra.
JFG / DS