Al menos 14 personas muertas y miles de millones de euros en daños han provocado las inundaciones que arrasaron el noroeste de Italia tras el hallazgo del cuerpo sin vida de un hombre de 84 años en las últimas horas en la localidad de Faenza, en la región de Emila-Romaña, la más afectada por las peores lluvias torrenciales en cien años en el territorio.
Amplias zonas rurales reflejan la devastación, con basura y animales muertos flotando.
Las autoridades mantienen la alerta roja para toda la región, ya que las previsiones meteorológicas hablan de lluvias para hoy.
Ante la llegada inminente de una nueva tormenta, el municipio de Ravena ha ordenado la evacuación de las localidades de Piangipane y Santerno. El municipio de Conselice también ha sido parcialmente evacuado, según confirmaron los servicios de emergencia, mientras los bomberos continúan realizando operaciones hasta sumar 2.175 intervenciones desde el comienzo de las tormentas.
En total, 15 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares para escapar de las inundaciones, la mitad de las cuales fue alojada en centros de acogida de la Cruz Roja o de protección civil.
“En toda la región tenemos 300 derrumbes activos en estos momentos, y unos 500 caminos interrumpidos; algunos que deben ser completamente reconstruidos. En 36 horas ha caído una cantidad de agua que debería hacerlo en seis meses sobre un terreno que quince días atrás ya había soportado un volumen de lluvias equivalente a tres a cuatro meses, lo que causó que desbordaran los ríos”, dijo el presidente de Emilia-Romaña, Stefano Bonaccini.
El ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin, anunció que el Ejecutivo aprobará el próximo martes la declaración de estado de calamidad para Emilia Romaña y para la parte norte de la región Las Marcas. El gobierno promete aliviar para los damnificados cuestiones como el pago de hipotecas e impuestos, después de anunciar en estos dos días una primera ayuda de emergencia.
También evalúa solicitar a la Unión Europea apoyo financiero de los fondos para emergencias y desastres que Bruselas contempla.
Bonaccini agradeció los 30 millones de euros que el gobierno de Roma ya anunció, pero sugirió que se quedan cortos: “Aquí estamos hablando de miles de millones de euros en daños”, sostuvo, y recordó que en menos de dos días cayó una cantidad de lluvia equivalente a la media de seis meses.
Alivios. La Arera, la autoridad de regulación para la energía, redes y ambiente, suspendió el pago de facturas de agua, luz y gas para las poblaciones afectadas por la inundación, mientras que el Banco Intesa San Paolo anunció la apertura de una cuenta especial para la recolección de fondos, a la que la institución aportará cinco millones de euros. Además, el banco dispuso que “empresas de todos los sectores, incluyendo las no gubernamentales, que hayan sufrido daños, podrán solicitar por un año la eliminación de comisiones para sus operaciones financieras”.