El hombre que representa a la fortuna más grande de Francia -con un patrimonio de US$ 41 mil millones- hizo temblar al Gobierno.
Se trata del presidente del grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), Bernard Arnault, quien solicitó a Bruselas la nacionalidad belga. ¿La razón? Quiere evitar pagar un gravamen de 75% a los ingresos más altos en Francia.
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Si bien el empresario negó que el hecho sea una estrategia para reducir su pago de impuestos, justificó su decisión en razones personales y financieras, además de afirmar que seguiría tributando en Francia.