Al menos 104 mineros muertos y cuatro atrapados a cientos de metros de profundidad dejó la explosión ocurrida el sábado pasado en una mina del noreste de China, indicaron las autoridades locales en un nuevo balance dado a conocer este lunes. Se trata de la peor catástrofe minera del país en dos años.
La explosión, cuya onda de choque se sintió en un radio de 10 km, se produjo a las 02H30 del sábado (18H30 GMT del viernes), cuando 528 mineros se encontraban en el fondo de la mina, situada cerca de Hegang, provincia de Heilongjiang, cerca de la frontera con Rusia.
La cifra de muertos siguió subiendo y este lunes la agencia estatal de noticias China Nueva, que citaba a autoridades de la ciudad de Hegang, daba cuenta de 104 víctimas mortales. Las operaciones de rescate son complicadas ya que los mineros trabajaban en 28 lugares diferentes, y a unos 500 metros de profundidad, en el momento de la explosión, que se oyó a 10 km a la redonda.
"Estábamos preparándonos para subir cuando se produjo la explosión, que hizo volar vidrios y piedras", dijo uno de los sobrevivientes, Wang Xingang, a la Radio Nacional China. "Nos pusimos a correr, y gritábamos que había que evacuar, había humo por todas partes, no se veía nada, e intenté buscar de memoria la salida del pozo", añadió.
Esta mina, que produce 1,45 millones de toneladas anuales de carbón y es una de las mayores y más antiguas explotaciones del país, pertenece al grupo Heilongjiang Longmay Mining, basado en Harbin, la capital provincial, que se presenta como la primera empresa minera del noreste de China. "En 2009, Longmay Mining era la duodécima en la lista de las 100 mayores compañías mineras de China y la séptima por su volumen productivo", indica Longmay en su página de internet.
Los accidentes son frecuentes en las minas chinas, sobre todo las de carbón, donde más de 3.200 obreros perecieron el año pasado, según estadísticas oficiales consideradas muy por debajo de la realidad. China, gran consumidor de carbón, trata desde hace varios años de modernizar sus minas para controlar las emanaciones de gas, sobre todo las de metano, un gas contaminante que además provoca las explosiones de grisú.
Todos los años, el gobierno destina unos 200 millones de euros de subvenciones para las minas que utilizan tecnologías para captar el metano, indicó recientemente a la AFP Huang Shengchu, director del Instituto Chino de Información sobre el carbón, bajo tutela gubernamental.
Según cifras citadas por la prensa oficial, el gobierno adjudicó en total 15.000 millones de yuanes (1.400 millones de euros, o 2.050 millones de dólares) desde 2005 para mejorar las minas ya existentes. Las autoridades centrales también lanzaron hace algunos años una gran campaña de cierre de las pequeñas minas, a menudo ilegales, donde se produce la mayoría de los accidentes mortales. Sin embargo, muchas de ellas siguen funcionando debido a la corrupción de las autoridades locales.
Fuente: AFP.