Agencias
Aunque el propósito inicial era mostrar un clima de unidad ante la despiadada competencia de los aspirantes republicanos, Hillary Clinton y Bernard Sanders, los dos precandidatos republicanos subieron el tono e intercambiaron duras acusaciones el jueves en un debate en New Hampshire, donde el martes habrá nuevas primarias, luego del ajustadísimo triunfo de la ex primera dama en las elecciones que se realizaron en Iowa.
Sanders, un veterano senador, enemigo de Wall Street y que se define como un socialista en un país en el que eso es casi un insulto, acusó a su rival de haberse “vendido” a las grandes corporaciones, lo que provocó la airada respuesta de Hillary, quien lo interrumpió.
“No creo que este tipo de ataques por insinuaciones sean dignos de usted. Ya basta. Si tiene algo para decir, dígalo directamente. Encontrará que nunca he cambiado una opinión o un voto a causa de las donaciones que he recibido”, dijo Clinton sin ocultar su indignación.
Las acusaciones de Sanders, quien reafirmo que es el “único aspirante demócrata” que no recibe millonarias donaciones de “Wall Street y los grandes bancos”, se basan en los aproximadamente 600 mil dólares que Clinton recibió por unas conferencias que dio ante el banco de inversiones Goldman Sachs.
Además, el comité de campaña de Clinton recaudó nada menos que 15 millones de dólares en donaciones de los grandes bancos de Wall Street, más los seis millones que aportó el multimillonario George Soros.
Números rojos. En su contraataque, Hillary dijo que ella y Sanders son progresistas, pero advirtió que los números detrás de las promesas del senador, como la universidad pública y la salud universal y gratuita para toda la población, “no cierran”.
“Quiero construir sobre el progreso que ya hemos alcanzado. Creo en la universidad asequible, pero no en la universidad gratuita. Los números no cuadran para lo que propone el senador Sanders, y los expertos coinciden en que sus propuestas no son factibles”, afirmó Clinton.
Sobre la cobertura universal en salud, Hillary defendió el Obamacare, lanzado por el gobierno de Barack Obama, como el “real” frente a una propuesta que significaría “volver a empezar de cero con algo que no se sabe si funcionará”.
En su respuesta, Sanders dijo no poder creer que Estados Unidos “no pueda tener una salud pública como la de otros países, donde es un derecho y donde se gasta “mucho menos por cabeza”.
Sanders insistió en que “no se puede ser un moderado y un progresista al mismo tiempo”, y la ex secretaria de Estado respondió que ella es una “moderada capaz de presentar resultados efectivos”
Más allá de los chispazos, Sanders buscó diferenciar a los demócratas de sus rivales republicanos. “Yo respeto a la senadora Clinton, y espero que sea recíproco. Sé que aún en nuestros peores días somos mejores que cualquiera de los candidatos republicanos”, dijo el senador.
