Una columna de la revista Semana propone una tesis interesante: que las FARC convirtieron a los colombianos en una sociedad más propensa que la mayoría a elegir gobiernos de derecha.
¿Por qué? La guerrilla “ha impuesto la agenda de Colombia a través de la violencia”, responde Luis Rosales, analista internacional y profesor de la maestría de Marketing Político de la Universidad del Salvador. “Las sociedades reaccionan a hechos sociales de esa naturaleza”, agregó.
Durante la última década, por lo menos, lograr la tan ansiada y casi utópica paz social ha sido la prioridad número uno para los colombianos que, hartos del secuestro, los asesinatos y la violencia, optaron siempre por gobiernos de derecha para intentar obtenerla.
La izquierda, en cambio, quedó relegada y casi criminalizada, siempre sospechada de tener vínculos con las FARC y la guerrilla del ELN (Ejército de Liberación Nacional) e incapaz de imponer la “mano dura” supuestamente necesaria para terminar con la violencia.
Según Rosales, tanto durante la campaña del 2002 como durante la carrera por su reelección en el 2006, “la agenda de Uribe tenia un mono-tema que era la guerra frontal contra las FARC”.
Y dado que las FARC se auto-definen como marxistas, de izquierda, “esa guerra tenía inevitablemente un componente ideológico”. Aparte de la batalla que se pelea en la selva, hay otra lucha en el plano de la ideología, argumenta Rosales.
No hay duda de que fue su política anti FARC lo que le permitió conseguir dos mandatos consecutivos y lo que hoy le permite sostenerse con casi un 85% de popularidad. Sin embargo, ¿tiene chances de lograr una tercera gestión en el 2010 cuando gran parte de los secuestrados “insignia”, Betancourt entre ellos, ya fueron liberados?
“ Es paradójico: el problema de Uribe es que cumplió su mandato y se podría quedar sin razón de ser”, explica Rosales. “Tendría que hacer surgir un nuevo mandato, aunque esto no garantiza que sea él quien sea elegido para resolverlo”.