No es la primera vez que "Commander", la mascota de Joe Biden, protagoniza un episodio violento en la Casa Blanca. Este lunes el pastor alemán mordió a un agente del Servicio Secreto y causó cierto revuelo por sus reiterados comportamientos hostiles. Según la cadena CNN, el can del mandatario de los Estados Unidos presenta al menos 10 antecedentes de ataques similares, ocurridos desde octubre de 2022.
Un agente del Servicio Secreto fue atacado por el perro de Biden el último lunes alrededor de las 20 horas, de acuerdo con el portavoz de la agencia de seguridad, Anthony Guglielmi.
Desde la seguridad presidencial despejaron cualquier preocupación por la salud de la víctima y aclararon que "se encuentra bien" tras la atención médica recibida.
No obstante, Commander es motivo de preocupación en la Casa Blanca, debido a las frecuentes escenas violentas que protagonizó en el transcurso del último año.
En efecto, desde octubre de 2022 hasta la actualidad el pastor alemán registró un total de 11 ataques. Uno de los casos que generó mayor repercusión, debido a la magnitud de las heridas, tuvo lugar el 3 de noviembre del año pasado y la víctima fue un agente que presentó heridas "de consideración" en piernas y brazos.
En este delicado escenario, trascendió que el mandatario y la Primera Dama evalúan desde julio someter a "Comman", diminutivo del perro, a un nuevo entrenamiento para controlar sus impulsos agresivos. De todas formas, hasta el momento no existió una confirmación oficial sobre esta medida.
La historia de Commander, el guardián de Biden
El perro que preocupa a los Biden llegó a la Casa Blanca en diciembre de 2021, y paradójicamente se trata de un regalo que recibió el presidente norteamericano de parte de su familia.
Comman vino a ocupar el lugar de "Champ", otro pastor alemán que acompañó a la familia Biden durante 13 años, hasta su fallecimiento.
Lo cierto es que Commander, a pesar de cumplir con fidelidad su función de guardián, está generando grandes dolores de cabeza por la frecuencia con que se producen los ataques. De hecho, ningún otro jefe de Estado había tenido tantos inconvenientes con la conducta de su mascota.
En julio de este año, Anthony Guglielmi confirmó que había estado "buscando la manera de manejar a las mascotas familiares y este incidente no es la excepción".
"Nos tomamos muy en serio la salud y el bienestar de nuestros empleados”, expresó el responsable de la agencia de seguridad.
Se sospecha que el complejo presidencial podría aportar un factor de estrés en la salud del pastor alemán. Así lo consideró meses atrás Elizabeth Alexander, directora de comunicaciones para la primera dama, Jill Biden, que había descrito el entorno de la Casa Blanca como “un ambiente único y a menudo estresante” para mascotas.
Las revoltosas mascotas de la familia Biden
Por episodios de características similares, Major, otro pastor alemán que acompañó a la familia Biden, fue retirado de la Casa Blanca y enviado a Delaware para recibir un entrenamiento especial antes de volver al complejo.
Los funcionarios de la Casa Blanca argumentaron en aquel entonces que los mordiscones que repartía Major se debían a que el susodicho estaba en proceso de "adaptarse" a su entorno.
Tiempo después de ser apartado volvió a la casa de gobierno, pero volvieron a manifestarse incidentes, por los cuales fue retirado "de manera definitiva".
La única que conserva la paz en la Casa Blanca pareciera ser Willow, una gata de 3 años que adoptó la familia Biden en 2022 y se mantendría lejos de "los problemas" que generan los trastornados pastores alemanes.
De hecho, según declaraciones del mandatario formuladas en julio de 2023, la felina tomó la costumbre de dormir sobre la cabeza del presidente algunas noches.
CA/ED
