El hartazgo del electorado hacia el bipartidismo tradicional del PP y el PSOE, que podría traducirse en una especie de “que se vayan todos” español, abre paso al surgimiento de nuevas fuerzas que generan esperanzas de cambio en los votantes. Podemos es la muestra más evidente de esta tendencia, pero ahora es el turno de Ciudadanos, un joven partido catalán, liderado por Albert Rivera, un abogado de 35 años que algunos definen como “el Pablo Iglesias pro mercado”.
Esta nueva fuerza que genera sensación en la política española está viviendo un crecimiento vertiginoso: ocupa el cuarto lugar en las encuestas y pasó de presentar 70 listas, en el último ciclo electoral, para ahora preparar 700.
“Ellos no se postulan explícitamente como el némesis de Podemos porque saben que comparten la ‘novedad’ y la imagen de limpieza frente a los viejos partidos. Sin embargo, es cierto que allá donde Podemos se mantiene en términos vagos e intenta diluir su origen de izquierdas, Ciudadanos apuesta por ideas concretas y (según ellos) realistas”, explica a PERFIL Jorge Galindo, investigador en la Universidad de Ginebra y editor del sitio Politikon.
Tiembla el PP. Aunque el electorado ve a Ciudadanos como fuerza nueva, ésta surgió en 2006 y en un ámbito regional como Cataluña. Galindo traduce su furor en que supieron aprovechar “una ventana de oportunidad por el centroderecha”, luego de que el Partido Popular del presidente Mariano Rajoy perdió casi el 50% de sus aliados. Las últimas encuestas dan a los populares entre 20% y 27% de los votos, cayendo prácticamente a la mitad desde su 44,5% en 2011.
“Para España, se presenta como un partido nuevo, aunque no lo sea, porque no se lo responsabiliza por lo que hicieron mal los viejos partidos.
Ciudadanos intenta recoger ese descontento hacia la política tradicional, casos de corrupción y la gestión del PP. El segmento que no supo recoger Podemos”, agrega Lluis Orriols, doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Política en la Universidad de Girona.
El ascenso de Ciudadanos explotó en 2014 con el éxito en las elecciones europeas de mayo del año pasado –que también lanzaron a Podemos–, cuando lograron medio millón de votos y dos eurodiputados, y con el fracaso del último intento de fusión con UPyD, otro partido que también se vio opacado por C’s.
¿De izquierda o de derecha? “Se coloca más cerca de lo liberal porque es un defensor acérrimo de la economía liberal de mercado, pero al mismo tiempo defiende las políticas del Estado de bienestar y promueve la igualdad de oportunidades”, aclara Rafael Martínez, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona, que formó parte del movimiento de intelectuales Ciudadanos, que surgió previamente al partido y que se resistía al avance del nacionalismo catalán.
Por lo cual, “nace en un entorno de intelectuales más de izquierda, pero ya desde un principio se lo asocia con la centroderecha porque los partidos nacionalistas o antinacionalistas son percibidos como de derecha –detalla Orriols– y juegan con esa ambigüedad ideológica para captar más votos”.
Futuro. Este partido, que tienta a un electorado de clase media, sobre todo a profesionales liberales entre los 30 y 55 años, tiene un futuro incierto para los especialistas. “Su aparato es absolutamente nuevo, no tienen nada, más que a Rivera, que es el político mejor valorado del país en este momento. Podrían llegar a tener pactos esporádicos con los partidos tradicionales. Pero si hacen una alianza estable, mueren”, sentencia
Martínez.