INTERNACIONAL
Socialismo bolivariano y religin

Conozca la historia de la polémica Iglesia chavista

La Iglesia Católica Reformada afirma no tener vínculos con Hugo Chávez, pero sus iglesias están empapeladas con fotos del mandatario. Perfil.com habló con uno de los obispos.

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| Cedoc

Una foto del presidente Hugo Chávez da la bienvenida a los feligreses que todos los domingos asisten a misa en una de las cinco parroquias que la Iglesia Católica Reformada (ICR) tiene en el estado de Zulia, en el noroeste venezolano y los miembros de la oposición la llaman la "Iglesia de Chávez". Sus líderes, sin embargo, insisten en que no tienen afiliación política alguna y sostienen que su apoyo al Gobierno tiene que ver con que comparten algunos de los ideales que profesa el presidente Chávez.

"Coincidimos en la necesidad de dignificar la vida del pobre", explica monseñor Alexis Bertis, uno de los tres obispos ordenados en la ICR, en diálogo con Perfil.com.

La ICR participa en varios de los planes sociales bandera del chavismo (Barrio Adentro, Misión Cultura y Madres del Barrio, entre otros) y se define abiertamente como "bolivariana y socialista".

Con sólo dos meses de existencia -fue reconocida en junio por la Dirección de Culto del Ministerio del Interior-, la Iglesia Católica Reformada logró generar un escándalo que llegó hasta lo más alto de la jerarquía católica venezolana.

"Esto no puede considerarse como iglesia porque estos sacerdotes católicos que han participado en la constitución de esta nueva asociación ciertamente son cismáticos y, como tales, están excomulgados", afirmó el mes pasado el arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Sabino, uno de los más vehementes críticos de la administración chavista.

El arzobispo Roberto Luckert, otro reconocido opositor, fue aún más lejos y acusó a la nueva iglesia de recibir financiación gubernamental. "Se visten como curas, realizan bautismos y confirmaciones –con todo pagado por el Estado- mientras la gente se muere de hambre", fustigó.

Bertis, mientras tanto, niega que la iglesia reciba fondos del Gobierno, aunque reconoce que no tendrían ningún problema en hacerlo. "No recibimos financiación del Gobierno, aunque esperamos que algún día nos escuchen. Queremos que el Gobierno nos apoye como en el pasado lo hizo con la Iglesia Católica Romana", admite.

Diferencias. Pese a que se definen como católicos, algunas de las creencias y valores de la ICR provienen del protestantismo y del luteranismo. El religioso que ordenó a los tres obispos, Leonardo Marin Saavedra, es arzobispo primado de la Iglesia Anglicana Latinoamericana.  

Como los protestantes, la iglesia autoriza a sus sacerdotes a contraer matrimonio y tener una familia. "Nos separamos de la Iglesia Católica Romana porque vimos muchas cosas que no nos gustaban", explicó Bertis. "Muchos sacerdotes tienen una vida oculta: tienen mujeres e hijos o son homosexuales", agregó.

Aunque la ICR no "persigue a los homosexuales" tampoco les permite ordenarse como sacerdotes. Es un derecho del que tampoco gozan las mujeres, a diferencia de los anglicanos.

Bertis explicó que muchos de los sacerdotes que hoy quieren ingresar a la nueva iglesia provienen de las filas de la iglesia católica. "Hay alrededor de 30 personas que esperan ser aprobados. Fueron suspendidos por su apoyo al Gobierno o simplemente no están a gusto", relató.

El proceso para convertirse en sacerdote es bastante simple. Si los aspirantes son sacerdotes católicos o protestantes "se hace una transferencia de las órdenes sacerdotales" a la ICR. Si no lo son, deberán pasar algunos meses por el Centro Vocacional San Lorenzo, que la iglesia tiene en Zulia.

Paradoja. A primera vista, el hecho de que la gran mayoría de los tres mil feligreses de la ICR resida en el estado de Zulia -adonde también se ubican la Curia Diocesana y las cinco parroquias de la iglesia- puede resultar contradictorio.

Gobernado por el más poderoso opositor chavista, el ex candidato presidencial Manuel Rosales, el estado es hasta hoy un bastión de la oposición conservadora. Muchos de sus residentes, los más ricos del país, son reticentes a compartir las ganancias provenientes del petróleo.

Sin embargo, Zulia alberga también grandes contrastes. No solamente lo habitan grandes productores agropecuarios y empresarios petroleros, sino que además residen en el estado los obreros más pobres, que se ocupan de producir el petróleo que exporta Venezuela.

Pero para la jerarquía de la Iglesia Católica Romana de Caracas la ubicación de la iglesia no es mera coincidencia. Convencidos, sostienen que no es más que una maniobra del gobierno de Chávez para intentar contrarrestar los efectos negativos de su enfrentamiento con los líderes de la religión mayoritaria en el país en una región que le es esquiva.

*Redactora de Perfil.com.