afp/ap/dpa
Desde Quito
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, juró ayer su tercer mandato. Luego de lograr su reelección en los comicios de febrero con el 57% de los votos, el líder del movimiento Alianza País, heredero de Hugo Chávez en el control del “eje bolivariano”, comenzó otro período de cuatro años en el Palacio de Carondelet. La gran sorpresa de la jornada fue el anuncio de Correa acerca de que en 2017 se radicará en Bélgica –donde nació su esposa– para no convertirse en una sombra política para su sucesor.
Correa protagonizó la ceremonia de investidura en la Asamblea Nacional, donde el oficialismo ocupará un centenar de los 137 escaños. Vestido de traje ceremonial y con una camisa con bordados étnicos, Correa ingresó al recinto acompañado por su mujer y sus hijos ante la mirada atenta de los invitados internacionales, entre los que estuvo el vicepresidente argentino, Amado Boudou.
El jefe de Estado juró su cargo ante la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, luego de que una niña con síndrome de Down le alcanzara la banda presidencial en un emotivo gesto. En el recinto también hubo una ovación especial para el vicepresidente saliente, Lenin Moreno, en silla de ruedas desde hace más de una década, cuando Rivadeneira le agradeció por su labor a favor de las personas con discapacidad.
En su discurso, Correa consideró que “sería un fracaso” que el oficialismo no lograra generar un candidato para sucederlo en 2017. Prometió que el objetivo de su tercer mandato será “profundizar” y “consolidar” las políticas implementadas hasta ahora.
El mandatario sostuvo que Ecuador está cambiando “profunda y positivamente” en lo económico y social, y destacó que el país se convirtió en una de las economías más dinámicas de América latina con un crecimiento promedio del 4,3% anual. El jefe de Estado aseguró que en su gobierno más de un millón de ecuatorianos han dejado de ser pobres, y recalcó que vencer la pobreza debe ser el “imperativo moral” de los líderes mundiales.
Correa asumió por primera vez el poder en 2007, en medio de una crisis de credibilidad de los partidos políticos tradicionales. Luego de impulsar un referéndum para reformar la Constitución en 2008, el presidente fue reelecto en nuevos comicios en 2009. En las elecciones de febrero de este año, el economista volvió a imponerse logrando su re-reelección frente a una oposición fragmentada y se sumó al club de “presidentes eternos”.
