España endureció el tono contra Marruecos este jueves 20 de mayo, tras la llegada de más de 8.000 migrantes desde el lunes a Ceuta, entre ellos numerosos niños. Se trata de una ciudad del territorio español situada en la península Tingitana en la orilla africana del estrecho de Gibraltar. La ministra de Defensa española, Margarita Robles, acusó de "agresión" y "chantaje" al Rabat.
"No solamente es una agresión a las fronteras españolas sino a las fronteras de la Unión Europea", enfatizó la funcionara, que acusó a Marruecos de "poner en juego las vidas de menores" al dejarles vía libre para acceder a nado a Ceuta.
La crisis tuvo como telón de fondo una disputa diplomático entre ambos países, por el malestar causado a Marruecos por la decisión española de acoger en un hospital al líder independentista del Sáhara Occidental, un territorio que Marruecos considera como suyo.
La situación cambió ayer, con la movilización de la policía marroquí, que impidió a centenares de jóvenes acercarse a la frontera y lograron calmar el conflicto.
La ministra Margarita Robles rechazó la inacción inicial del gobierno marroquí el lunes y el martes, y los culpabilizó de dejarlos llegar a la frontera, de manera irregular, entre ellos muchos menores.
"No estamos hablando de jóvenes de 16 y 17 años, sino que se ha dejado a niños de 7 o 8 años" acercarse a la frontera y cruzarla desde Marruecos, manifestó la ministra en declaraciones a Radio Nacional de España.
Robles denunció que utilizaron a esos niños "saltándose cualquier regla de derecho internacional", dijo y manifestó: "con España no se juega". "No se va a aceptar ningún tipo de chantaje. La integridad de España no es negociable ni está en juego", agregó.
La conmovedora imagen de un submarinista español rescatando a un bebé en Ceuta
La situación en Ceuta y otros territorios españoles
Desde el lunes, 8.000 migrantes lograron ingresar en Ceuta, con el telón de fondo de una disputa diplomática entre Rabat y Madrid, por la asistencia médica prestada por España a Brahim Ghali, el líder independentista del Sáhara Occidental. Ceuta, junto con Melilla, constituye la única frontera terrestre entre la Unión Europea y África.
De los migrantes, 5.600 ya fueron retornados a Marruecos, según las autoridades españolas, que este jueves subieron aún más el tono, denunciando una "agresión" y un "chantaje" de Rabat. España aumentó, así, la presión sobre Rabat, un socio clave en el control del flujo migratorio.
En los días anteriores, los soldados españoles que participan del operativo en la frontera usaron granadas lacrimógenas para impedir que se acercaran a la valla. Según medios marroquíes habría varios heridos, pero las autoridades de Rabat no se pronunciaron.
Sin respuesta desde Marruecos
Rabat, que mantuvo un silencio casi total sobre este tema, dio a entender que la crisis migratoria estaba relacionada con la hospitalización en España de Brahim Ghali, el líder del movimiento independentista saharaui Frente Polisario, respaldado por Argelia.
"España debe saber que el precio por desacreditar a Marruecos se paga caro. Debe revisar su política, sus relaciones", señaló el ministro de Derechos Humanos, Mustafá Ramid.
España insiste en que la decisión de albergar a Ghali obedece a razones "humanitarias" y reiteró que no cambió su postura sobre Sáhara Occidental, una excolonia española, y que mantendrá su neutralidad y respetará las resoluciones de Naciones Unidas.
Amnistía Internacional estimó el ingreso de 2.000 a Ceuta y censuró que los migrantes estén "siendo utilizados como peones" en este "juego político" entre Madrid y Rabat.
CI/FF