Los chilenos vivieron
una noche de terror al ser despertados en la madrugada de este sábado por u
n fuerte terremoto de 8,8 grados, que dejó al
menos 122 muertos y grandes
daños en vivienda e infraestructura, principalmente en la zona centro-sur del
país. A las 3.34 locales se inició un fuerte movimiento telúrico, que se extendió por al menos dos
minutos, generando
escenas de pánico entre la población, que se volcó de inmediato a las calles en
busca de lugares seguros.
"Es
lo peor que he vivido en mi vida", comentó Sebastián, un joven de 22 en las
afueras de su casa en un condominio en el barrio de Ñuñoa, en el oriente de Santiago, donde todos
los vecinos se congregaron en patios y calles. "¿Están todos bien?", se preguntaban los vecinos
entre ellos, en medio del llanto y la incredulidad, en especial entre mujeres y niños, al tiempo
que se desataba una desaforada carrera por hacer llamadas telefónicas para saber el destino de sus
familiares.
La situación se vio agravada por
la oscuridad de la noche tras un inmediato y generalizado corte de energía
eléctrica que sobrevino tras el fuerte sismo y el colapso de las líneas telefónicas. La mayoría de
las casas no sufrieron daños externos, aunque en su interior se observaban secuelas del terremoto,
principalmente por la caída de artefactos eléctricos, la rotura de vidrios y caída de estanterías y
ornamentos.
Santiago, la capital chilena de seis millones de habitantes, resistió relativamente bien el
sismo, de acuerdo a las autoridades. Sin embargo, las autoridades no lograban contactarse con el
lugar del epicentro del sismo, ubicado en las cercanías de la ciudad de Cauquenes, unos 400 km al
sur de Santiago y donde se ubican la mayoría de las víctimas, según los datos divulgados por la
Oficina Nacional de Emergencia (ONEM).
Pasadas varias horas del momento del sismo,
no se tienen reportes oficiales sobre los daños en esa zona del centro-sur de
Chile. Algunos relatos radiales señalan que se ven "escenas dantescas" de destrucción, con
pueblos enteros destruidos. En Santiago, varias carreteras urbanas estaban destruidas. Antiguas
iglesias, como la de la Divina Providencia en un céntrico sector de la capital, habían sufrido
serios daños, al igual que la estructura del moderno aeropuerto de Santiago, según imágenes de la
televisión.
La presidenta Michelle Bachelet informó que el potente terremoto dejaba un saldo parcial de 78
muertos (luego trascendió que son al menos 122), al tiempo que anunció el envío a la Isla Robinson
Crusoe de dos buques y dos helicópteros luego que una ola gigante envolvió a la mitad del pueblo,
sin que haya más detalles hasta el momento.
La mandataria anunció además la evacuación parcial de Isla de Pascua, territorio chileno a
3.500 km de las costas continentales, ante la proximidad de olas gigantes que golpearían las zonas
bajas de la isla.
(*) De AFP