Desde Madrid
Convivió y fue socia del principal imputado, pero no sabía nada. La infanta Cristina declarará hoy ante el juez que confiaba en su esposo, Iñaki Urdangarin, y que desconocía la presunta trama de defraudación de fondos públicos, según informaron ayer fuentes judiciales. Su esposo ya declaró dos veces ante el juez, en 2011 y 2012, ocasiones en las que desvinculó a la hija menor del rey Juan Carlos de Borbón de la gestión de sus turbios negocios.
Cristina fue imputada por José Castro por blanqueo de capitales y delito fiscal, por ser copropietaria del 50%, junto a su esposo, de la sociedad familiar Aizoon. Esa firma fue utilizada como “pantalla” para desviar fondos obtenidos de las administraciones públicas por el Instituto Nóos, en cuyo consejo de administración la infanta aparecía como vocal. De esa forma, omitían también los movimientos de dinero en sus declaraciones al fisco.
El caso judicial también investiga gastos sospechosos que hizo la empresa, como 1.402 euros en un catering de sushi para el día del 42º cumpleaños de la infanta o 4.400 euros en un cuadro. Según sospecha el juez, esas erogaciones fueron realizadas por el matrimonio y no tendrían vinculación con los motivos por los cuales fue creada la firma. El Instituto Nóos obtuvo 5,9 millones de euros de los gobiernos de Baleares y la Comunidad Valenciana.
Urdangarin habría defraudado al fisco durante 2007 y 2008 al menos por 240 mil euros al utilizar a Aizoon como “pantalla”, según el Ministerio de Hacienda. El magistrado pretende esclarecer si la infanta conocía los ingresos que Urdangarin obtuvo presuntamente de forma ilícita y las cantidades en que habría defraudado al fisco.
Jesús María Silva, uno de los abogados de la infanta, insistió ayer en su inocencia. “Es inocente. Lo dice ella, lo creo yo y, tan pronto como lo explique, lo va a ver toda España”, aseguró el letrado. El propio presidente del gobierno, Mariano Rajoy, había ensayado una defensa.
