El papa Francisco, que llegó al Vaticano en momentos en que la Iglesia sufre cuestionamientos de asociaciones de víctimas de pedofilia, tendrá una tarea descomunal por delante.
Entre sus principales desafíos estarán erradicar los abusos sexuales de miembros de la Iglesia, ordenar las finanzas del Banco del Vaticano, reformar la Iglesia y acercarla a la gente, detener la sangría de fieles, investigar el VatiLeaks, mejorar las relaciones con otros credos, detener la guerra civil en Siria y evitar otros conflictos bélicos.
Pedofilia. Fue la cruz del pontificado de Benedicto XVI, que pidió perdón a las víctimas y proclamó la “tolerancia cero” a los curas abusadores. Sin embargo, durante su papado y en los años de Juan Pablo II, en los que Joseph Ratzinger era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se encubrieron, silenciaron y toleraron miles de casos de abusos sexuales a niños.
Ahora, Jorge Bergoglio, que nunca recibió críticas por vinculaciones con esos crímenes, deberá limpiar la Iglesia de pederastas.
Corrupción. El Instituto para las Obras de Religión (IOR) es el aspecto más problemático que atraviesa la curia romana. La Justicia italiana investiga las finanzas del Banco del Vaticano para determinar si durante los últimos años hubo lavado de dinero y si administró dinero de la mafia y de negocios ilícitos.
“Es posible que el Santo Padre tenga que enfrentar una especie de blanqueo de todas las realidades del Vaticano. Me imagino que hará una modernización de la curia para darle una impronta más honesta”, explicó a PERFIL el padre Alejandro Russo, profesor de Derecho Canónico de la UCA.
No es el primer escándalo financiero de la Santa Sede, ya que en 1982 estuvo involucrado en la quiebra del Banco Ambrosiano, del que era el principal accionista.
Una de las últimas decisiones de Benedicto XVI al frente del Vaticano fue nombrar a un nuevo presidente del IOR –el anterior, Ettore Gotti Tedeschi, había sido despedido por el cardenal Bertone debido a las sospechas que pesaban sobre la Santa Sede–. La última de las diez congregaciones generales celebradas por los cardenales antes del cónclave abordó la delicada situación del banco. Francisco deberá darles transparencia y legitimidad a las cuestionadas operaciones del “Banco de Dios”.
Reformar la Iglesia. Se espera que Francisco saque a la jerarquía de la Iglesia de las murallas que rodean la Plaza San Pedro. Por eso, les pidió a los 114 cardenales que lo eligieron que sean “discípulos” de Jesucristo, que caminen y edifiquen una nueva relación con los fieles, dejando de lado el lujo del Vaticano y asumiendo una tarea pastoral más austera.
Detener la sangría de fieles. “Si el primer milenio fue el de la cristianización de Europa y el segundo desplegó el cristianismo en América, el tercero apunta como una flecha a Africa y Asia. Francisco no puede olvidar que la gran novedad del siglo XXI es el resurgir de las grandes religiones”, sostuvo esta semana Rafael Navarro Valls, hermano del vocero de Juan Pablo II Joaquín Navarro Valls y autor de Entre la Casa Blanca y el Vaticano.
Así, el nuevo Papa deberá evitar la fuga de fieles de la Iglesia, que cuenta con 1.200 millones de seguidores en todo el mundo.
Investigar el VatiLeaks. El escándalo mediático que reveló las pujas por la sucesión de Benedicto XVI influyó en su posterior renuncia. Joseph Ratzinger se manifestó “sin fuerzas” para seguir al frente del Vaticano, tras las denuncias cruzadas en la curia por el origen de las filtraciones de los secretos de la Santa Sede.
Bergoglio tiene ahora en sus manos el informe interno que explica qué responsabilidades del clero hubo en el VatiLeaks.
Mejorar relaciones con otros credos. La primera carta que Francisco escribió tras ser electo en el quinto cónclave fue dirigida al rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni.
En esa misiva dio indicios acerca de los puentes que planea tender con otros cultos. “Espero vivamente poder contribuir al progreso que las relaciones entre hebreos y católicos han conocido a partir del Concilio Vaticano II”, sostuvo Bergoglio. Otro de sus desafíos es mejorar el vínculo con el islam.
Evitar guerras. Juan Pablo II jugó un rol clave mediando en las Malvinas y evitando un conflicto bélico entre la Argentina y Chile por el canal del Beagle.
Francisco tendrá el desafío de sofocar la guerra civil en Siria, que dejó ya más de 70 mil muertos, y de evitar confrontaciones militares entre Israel, los Estados Unidos e Irán.
