Aunque el ritmo estaba por debajo del ajetreo habitual, desde la madrugada en forma paulatina Damasco empezaba a retomar su vida normal. Los anuncios desde Estados Unidos en el sentido de que "los ataques habían terminado" y no había nuevos objetivos por el momento, alentaban a que la gente lentamente comenzara a verse en las calles, con comercios que abrían sus puertas. Las mezquitas también recibían a fieles para sus plegarias habituales, mientras en las calles el tránsito ganaba vitalidad.
Respecto a las cuestiones civiles, Amnistía Internacional pidió este sábado "minimizar el daño" que se causa a la pobación común en bombardeos como los lanzados por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido en Siria. "Hay que tomar todas las precauciones para minimizar el daño a los civiles en cualquier acción militar", dijo en un comunicado Raed Jarrar que trabaja en la división para Oriente Medio y África del Norte de la oficina estadounidense de la organización de defensa de los derechos humanos.
"La población de Siria ya ha sufrido seis años de ataques devastadores, incluidos ataques químicos, muchos de los cuales equivalen a crímenes de guerra", dijo. "La gente que ya vive con miedo de perder la vida en ataques ilegales no debe ser castigada todavía más por las presuntas violaciones del gobierno sirio", agregó. Jarrar recordó la crisis de refugiados causada por el conflicto en Siria.
"La administración Trump no debe dar la espalda al sufrimiento de hombres, mujeres y niños prohibiendo a los refugiados entrar en Estados Unidos. Ha llegado la hora de que Estados Unidos reabra las puertas a la gente que trata de escapar de la violencia en Siria", indicó. Trump decretó el año pasado una polémica prohibición de ingresar en Estados Unidos para los ciudadanos de varios países, entre ellos Siria.
