Por Diego Iturriza (dpa)
Un turista desprevenido que un día soleado de verano salga a caminar por el Tiergarten, el parque central de Berlín, se sorprenderá de ver gente desnuda al sol. Sorpresa que justifican tanto que el Tiergarten colinde con la casa de gobierno y el Parlamento, las embajadas y las instituciones culturales mejor presupuestadas de la capital alemana, como la abundancia de desnudos, por mucho que la disimule su dispersión sobre el extenso parque.