Luego de su renuncia a la primera magistratura de Italia, Silvio Berlusconi tendrá que enfrentar a la Justicia despojado del escudo judicial que le confería su cargo. La pérdida de la mayoría absoluta en el Parlamento le impediría promulgar leyes a medida como lo había hecho hasta ahora, e incluso abriría la puerta a un eventual pedido de arresto por parte de los fiscales que lo investigan.
Sin embargo, será difícil que Berlusconi termine en una cárcel común: podría acogerse al beneficio de la prisión domiciliaria por su avanzada edad (75 años). Aún así, su dimisión lo complicará en el frente judicial.
La Justicia italiana debe resolver sobre la situación del premier en tres causas. Son el caso “Mills”, en el que se investiga si sobornó a su abogado para que diera falso testimonio en dos juicios; el caso “Mediaset”, sobre presunta evasión fiscal; y el famoso “Rubygate”, donde se lo acusa de haber tenido sexo con una escort marroquí de 17 años.
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