"Dibujame sexy": el insólito pedido del hijo de Trump al declarar en el juicio por fraude

Los hijos del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, Eric y Donald Trump Jr., testificaron este jueves como parte de una investigación que busca descubrir si mintieron para incrementar el valor de los activos de la Organización Trump. En un insólito momento, el mayor de ellos le pidió a la dibujante de la sala del tribunal, mientras bajaba del estrado: “Haceme lucir sexy”.

Donald Trump Jr. fue interrogado durante horas en un caso de fraude de 250 millones de dólares en Nueva York, investigación liderada por la fiscal general adjunta Colleen Faherty sobre el patrimonio del exmandatario para determinar sanciones y, al salir del tribunal, dijo: "Creo que fue muy bien".

La artista que lo dibujó, Jane Rosenberg, confirmó a la prensa que el hombre de 45 años, hijo mayor del expresidente, le pidió que lo dibujara “sexy”. También le nombró un ejemplo que no había realizado ella, sobre Sam Bankman-Fried, un empresario de criptomonedas a quien dibujaron como a una “superestrella”, según Trump Jr.

Rosenberg dibujó previamente a Donald Trump padre cuando fue procesado este año en un caso separado, que involucra pagos de dinero para guardar silencio a la estrella porno Stormy Daniels, y esa imagen apareció en la portada de la revista The New Yorker.

Donald Jr, vestido como su hermano con un traje azul oscuro, corbata azul claro y el pelo engominado peinado hacia atrás, fue el primero en subir al estrado y declaró que no participó en la elaboración de los resultados financieros, si bien firmó para la concesión de una serie de préstamos y aparece como fideicomisario de su padre. En ese sentido, resaltó que confiaba en su equipo de contadores y que no tenía conocimiento de esos documentos.

Su hermano menor Eric, de 39 años, tuvo más dificultades bajo el intenso interrogatorio de Andrew Amer, abogado de la fiscalía general de Nueva York, que lleva el caso. "Creo que nunca vi ni trabajé en un estado sobre la situación financiera", dijo al principio.

Luego se vio obligado a retractarse, porque Amer le mostró un correo electrónico de agosto de 2013 en el que un colega le decía a Eric Trump que estaba "trabajando en las notas del estado financiero anual del señor Trump" y le pedía información sobre la situación de los campos de golf.

"Somos una organización inmobiliaria gigantesca", dijo Eric Trump, levantando la voz. "Ciertamente, tenemos estados financieros". Como antes su hermano, Eric Trump dijo que confiaba en las empresas de contabilidad que le proporcionaban la información para los prestamistas.

Asimismo, Eric tuvo que responder por varias llamadas que realizó con un antiguo ejecutivo de la empresa, Jeffrey McConney, sobre el terreno de Seven Springs, en el condado de Westchester, en Nueva York, una propiedad adquirida por Trump en 1995.

Los dos hermanos tomaron el control de la Organización Trump en 2017 cuando su padre se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Donald Jr. dijo al tribunal que la empresa ha mejorado su contabilidad desde que la fiscal general de Nueva York, Letitia James, comenzó a investigar sus finanzas.

El máximo responsable financiero de la empresa es ahora un contador público certificado, a diferencia del exjefe de Finanzas, Allen Weisselberg, dijo. Weisselberg se declaró culpable de delitos fiscales en un caso separado en 2022.

La demócrata Letitia James busca al menos 250 millones de dólares en daños y perjuicios y una prohibición permanente para que Trump, Don Jr. y Eric dirijan negocios en el estado de Nueva York. Se espera que el juicio civil dure hasta diciembre.

Por su parte, la hija del expresidente, Ivanka Trump, que dejó la Organización Trump en 2017 para convertirse en asesora de su padre en la Casa Blanca, no está imputada, pero también ha recibido la orden de declarar, aunque ha recurrido la citación.

“Persecución política” y “error judicial”: los testimonios de la familia Trump

En declaraciones a los periodistas tras su testimonio, Donald Trump Jr. denunció el caso incoado por Letitia James, como una "persecución política". "Los bancos en cuestión ganaron cientos de millones de dólares", dijo y agregó: "No pretendan ser víctimas". "Aparentemente, soy culpable de fraude por confiar en mi contador a la hora de hacer —presten atención— la contabilidad", ironizó.

Sin embargo, el juez Arthur Engoron, que preside el caso, ya dictaminó que Trump, sus hijos y otros altos ejecutivos de la Organización Trump cometieron fraude. El juicio se celebra para determinar posibles sanciones. Trump y sus hijos no irán a la cárcel por este caso, pero se enfrentan a multas de hasta 250 millones de dólares, pérdida del control de parte de sus propiedades inmobiliarias y a la posibilidad de ser apartados de la dirección de la empresa familiar.

El expresidente republicano y multimillonario no está obligado a asistir al juicio, pero ha acudido en varias ocasiones, en las que aprovecha, ante los numerosos medios de comunicación presentes a la entrada de la sala, para presentarse como la víctima de lo que asegura es un “complot demócrata” para descarrilar su campaña a la Casa Blanca.

La semana pasada, Trump se sentó con el ceño fruncido en la mesa del acusado mientras testificaba Michael Cohen, su exabogado personal. Cohen dijo al tribunal que Trump le ordenó manipular los valores de los activos de su empresa para obtener préstamos bancarios y condiciones de seguros más favorables.

Cuando se reanudó el juicio el jueves, escribió en las redes sociales: "Esto es un gran error judicial". El juez Engoron ya multó a Trump con 15.000 dólares por violar repetidamente una orden de silencio que le prohíbe criticar públicamente al personal del tribunal.

El juicio es uno de una serie de casos que Trump debe afrontar mientras hace campaña para recuperar la Casa Blanca. Se enfrenta a un total de 91 cargos por delitos graves en cuatro procesos penales distintos, incluidos dos casos derivados de intentos de revertir su derrota electoral de 2020.

ML / ED