INTERNACIONAL

Dilma enfrenta un nuevo foco de conflicto: la inflación elevada

Preocupada. Dilma cambiará su estrategia en cuanto a precios.
| AFP
Agencias
Tras las denuncias por el Petrolão, Dilma Rousseff sumó ayer una nueva preocupación, cuando las autoridades divulgaron que la inflación anualizada de Brasil se aceleró a cerca del 8% a mediados de marzo, la cifra más alta en una década. Los precios al consumidor medidos por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) subieron 7,9% en los últimos 12 meses. El gobierno, que tiene una meta de inflación de 4,5% para 2015, apunta a bajar la inflación y a sacar a la economía de la recesión.
La inflación elevada es uno de los mayores obstáculos de Brasil para lograr un crecimiento económico más veloz en los últimos años, lo que pesó sobre la confianza del consumidor y de las empresas, y llevó al Banco Central a elevar las tasas de interés a dos dígitos. La vivienda y la alimentación fueron los dos rubros que más aumentos registraron, según el organismo oficial. La suba de precios también afectó la popularidad de la presidenta, que el domingo pasado fue el blanco de enormes protestas en las calles por la corrupción en Petrobras y por la marcha de la economía, lo que suma un nuevo eje de preocupaciones, en un contexto en el que la oposición se muestra cada vez más intensamente activa.
Por su parte, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso responsabilizó ayer a la mandataria por el momento que atraviesa el país. “Brasil está viviendo un conglomerado de crisis de orden económico, político y moral”, disparó el dirigente opositor, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB). “Hay una crisis económica, una crisis de conducción política, usted tiene una cuestión social, desempleo, inflación, y hay una crisis moral. La primera, la más saliente, la que provoca conmoción en el país, es la económica”, agregó el ex presidente Fernando Henrique Cardoso.