La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, añadió un elemento de presión en el conflicto comercial en el mercado automotor con la Argentina, al criticar la "burocracia" que las empresas de su país "enfrentan en otros países" y que, a su juicio, representan una traba a las exportaciones, según informa la agencia DyN.
De acuerdo con agencias internacionales y diferentes medios brasileros, Rousseff aseguró que una de las prioridades de su gobierno es incrementar las exportaciones y que va a "buscar medios para reducir la burocracia que las empresas enfrentan en otros países".
La presidenta dijo que además serán creados "instrumentos para tornar a Brasil más competitivo a nivel mundial" y que su gobierno pretende "facilitar la vida de quien produce y genera riqueza".
Las declaración de Rousseff son bastante más audaces que las de Pimentel, quien insistió en aclarar que no existe "una guerra comercial" entre ambos países.
Las declaraciones de Rousseff y Pimentel abren una semana en la que se esperan definiciones acerca de una posible reunión entre el funcionario brasileño y la ministra de Industria argentina, Débora Giorgi, para que se resuelva el conflicto comercial derivado de la aplicación por parte del país vecino de licencias no automáticas para la importación de automotores y autopartes.
Si bien esa medida es general y comprende a todos los países, Argentina es el principal perjudicado: casi la mitad de su producción automotriz se exporta a Brasil.
El contacto del Gobierno nacional. La ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunirá hoy con el embajador de Brasil en Argentina, Enio Corderio, para coordinar posibles encuentros con Pimentel.
De acuerdo con fuentes del Ministerio de Industria, "Giorgi y Pimentel hablaron en varias oportunidades y coincidieron en señalar que la relación comercial entre Brasil y Argentina es de socios estratégicos por lo que el sector automotriz no se va a ver afectado de un lado ni del otro de la frontera".