El expresidente de Rusia y aliado de Vladimir Putin, Dmitry Medvedev, advirtió que si su país es castigado por la guerra de Ucrania será el fin de la "existencia de la humanidad", en la última de una larga serie de amenazas nucleares emitidas por el Kremlind.
"La sola idea de castigar a un país que tiene el mayor arsenal nuclear del mundo es absurda en sí misma. Y esto crea una amenaza potencial para la existencia de la humanidad", escribió en su cuenta de Telegram en un momento en que la Corte Penal de la Haya investiga acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania.
El gobierno de Rusia niega sistemáticamente cualquier abuso que se atribuye a sus tropas como el bombardeo de civiles, las ejecuciones sumarias o las violaciones.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó el "intolerable" número de muertos en Ucrania, con casi 5.000 víctimas confirmadas desde el inicio de la ofensiva el 24 de febrero.
Kiev acusa a Moscú de numerosos crímenes de guerra, lo que las autoridades rusas niegan sistemáticamente, incluso cuando las acusaciones están bien documentadas. A cambio, Rusia acusa a las fuerzas ucranianas de abusos y de escenificar los crímenes atribuidos al ejército ruso.
El aliado cercano de Putin, que ahora se desempeña como vicepresidente del poderoso Consejo de Seguridad de Rusia, dijo que la Corte Penal Internacional debe abstenerse de intentar acciones "legalmente nulas" contra Rusia.
"La idea de castigar al país que tiene el mayor potencial nuclear es absurda en sí misma. Y amenaza potencialmente la existencia de la humanidad", dijo Medvedev, quien además acusó a Estados Unidos de tratar de "sembrar el caos y la destrucción" a través de la CPI, calificando a la superpotencia occidental de "temeraria o idiota".
Dmitry Medvedev fue presidente de 2008 a 2012, en un periodo en el que Vladimir Putin dejó el cargo debido a una limitación legal de los mandatos y pasó a dirigir el gobierno.
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Este político ruso, que también fue primer ministro durante el gobierno de Putin, era considerado una figura moderada en la órbita del Kremlin, pero desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania ha sido una de las voces más duras para defender la invasión y criticar a los países occidentales.
El exmandatario acusó a Estados Unidos de querer poner a Moscú frente a tribunales internacionales mientras el país norteamericano nunca enfrenta el castigo por sus propias guerras: "Toda la historia estadounidense, desde la época de la conquista de los indios, es una guerra sangrienta de aniquilación".
"Se ha convertido en un estilo característico de la política estadounidense, independientemente de quién esté en el poder allí. Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos destruyó Hiroshima y Nagasaki de esta manera, solo para justificar los enormes gastos del Proyecto Manhattan nuclear", apuntó.
"Estados Unidos ha matado a más de 20 millones de personas en 37 países desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según un estudio publicado en Global Research", dijo el expresidente. "El número de víctimas de la política criminal de los Estados Unidos hoy es comparable a las víctimas del régimen nazi".
ds