Resulta difícil encontrar en la historia reciente a un presidente de los Estados Unidos que haya tenido una relación tan mala con la prensa independiente como Donald Trump. En solo siete meses de mandato, el 45° jefe de Estado norteamericano se cruzó en múltiples ocasiones con periodistas y medios, y tuvo que desmentir numerosos escándalos. En esta ocasión, el republicano volvió a denunciar "noticias falsas" ("fake news") por la información de un segundo encuentro, no revelado en primera instancia al público, con su par ruso, Vladimir Putin.
Ocurre que ambos líderes mantuvieron un encuentro bilateral de dos horas el 7 de julio pasado, durante la cumbre del G-20 que se realizó en Hamburgo. En esa reunión, según Trump, Putin negó las acusaciones de supuesta intervención rusa en las elecciones presidenciales del año pasado.
Ahora se conoció que hubo una segunda charla entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos, horas después de la primera. "Hubo una cena social sólo para parejas en el G20", reconoció Michael Anton, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca. Y, según reprodujo la cadena BBC, admitió que "hacia el final de la cena, el presidente habló con Putin".
El gabinete de prensa de la Casa Blanca emitió luego un segundo comunicado, en el que afirmó que la charla entre Trump y Putin fue breve, se dio al final de la cena y fue una de las muchas que el presidente de Estados Unidos mantuvo con otros líderes en el evento. Melania Trump, primera dama estadounidense, estuvo sentada junto a Putin, y la conversación se produjo cuando Trump se acercó a su esposa.
Esta clase de encuentros son comunes en cumbres internacionales: Barack Obama, antecesor de Trump, conversó en forma similar con Putin en 2013. Pero ningún encuentro entre rusos y la familia presidencial estadounidense es irrelevante desde que se denunció la intromisión del kremlin en la campaña de 2016. En las últimas semanas, Donald Trump Junior, primogénito del magnate inmobiliario, admitió haber mantenido un encuentro con agentes rusos que le prometieron información comprometedora sobre Hillary Clinton en medio de la campaña electoral, una revelación que puso en jaque al gobierno y podría derivar en la destitución del presidente.
Fiel a su estilo, Trump optó por atacar a los medios por la revelación de su segundo encuentro con Putin. "Las noticias falsas de una cena secreta con Putin es asquerosa. Todos los líderes del G-20 y sus cónyuges fueron invitados por la Canciller de Alemania [Angela Merkel]. ¡La prensa sabía!", escribió el jefe de Estado en su cuenta personal de Twitter. Luego agregó: "¡Las noticias falsas se están volviendo cada vez más deshonestas! Incluso una cena para los 20 líderes principales en Alemania es presentada como siniestra".
