INTERNACIONAL
G20 EN ARGENTINA

Duras negociaciones para que el G20 concluya con una declaración final

Las delegaciones buscaban el viernes consenso sobre temas sensibles como comercio y cambio climático. Equilibrio argentino entre EE.UU. y China. Incertidumbre por el ‘factor Trump’.

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En el centro. Donald Trump fue el gran protagonista de la jornada. Faltó a la reunión a solas de mandatarios porque se tomó “tiempo ejecutivo para hacer llamados”. | Marcelo Aballay

Con Donald Trump como gran factor de incertidumbre, los negociadores de los miembros del G20 seguían anoche en busca de un consenso para que la cumbre concluya hoy con una declaración final conjunta. Al cierre de esta edición se discutía una fórmula lavada sobre cambio climático que conformara a Trump.

“El 95% de la declaración final ya está cerrada y los temas que propuso la Argentina están adentro”, decían ayer desde el Gobierno. “Los sherpas siguen negociando la cuestión comercial. Digamos que ‘proteccionismo’ es una palabra muy nuestra, pero que afuera no se usa. Y sobre cambio climático, sabemos que cada uno llega con su postura bien definida”.

Consultada por PERFIL, una vocera del Departamento de Estado dijo anoche que para los Estados Unidos es prioridad que la declaración final se refiera a la necesidad de reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) para precisar los “estándares de comercio internacional” aceptables. El gobierno de Trump acusa a China de incurrir en prácticas comerciales desleales y, bajo ese argumento, desató la guerra arancelaria que hoy domina la agenda de la cumbre. También subrayó que no es de interés de la Casa Blanca que la declaración aluda al cambio climático.

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Este diario consultó también a la delegación china, pero prefirieron no comentar.

Apenas arrancó la cumbre, el Gobierno tuvo que mover su cintura diplomática para no quedar pegado en el conflicto entre Washington y Beijing. La delegación argentina debió salir a aclarar que no suscribía a las declaraciones de la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, quien dijo que Trump y Mauricio Macri hablaron por la mañana del “compromiso compartido de enfrentar los desafíos regionales como Venezuela y la actividad económica depredadora china”.

“Esa declaración corre por cuenta de la delegación estadounidense”, dijo a PERFIL un funcionario que sigue de cerca las bilaterales de Macri con mandatarios extranjeros. “Tal vez la vocera que dio el comunicado no percibió que no es lo mismo decir eso en una rueda de prensa en la Casa Blanca que en una cumbre del G20 en Buenos Aires”.

Desde el Departamento de Estado aclararon más tarde que la Casa Blanca suele referirse a las prácticas comerciales “agresivas” de China y reconocieron que hablar de “actividad económica predatoria” fue demasiado para una cumbre internacional.

Diferencias. En cualquier caso, la incomodidad que provocó la declaración de la vocera estadounidense fue apenas una muestra del desafío que supone para el Gobierno acoger una cumbre dominada por la tensión entre las dos superpotencias mundiales. Por defecto, el anfitrión debe oficiar como mediador. El diario The Washington Post publicó esta semana que el gobierno argentino “se esfuerza por complacer a Trump” y “minimizar temas que puedan irritarlo” en la declaración final, como proteccionismo, Acuerdo de París y migraciones.

Además de Angela Merkel, que llegó tarde a Buenos Aires por un desperfecto técnico en su vuelo, Trump fue el único mandatario que no asistió ayer al “retiro”, como se conoce a la reunión a solas de los jefes de Estado y de Gobierno. Desde el Departamento de Estado dijeron a este diario que el presidente prefirió “tomar tiempo ejecutivo para hacer llamados telefónicos”. Trump estuvo todo el día siguiendo de cerca las novedades del Russiagate en su país.

Encuentro clave. Más allá de la declaración final, el Gobierno asume que el balance de la cumbre dependerá en buena medida de la bilateral entre Trump y su par chino, Xi Jinping, que tendrá lugar hoy a la noche en un sitio secreto. “Si Trump y Xi firman una tregua en la guerra comercial, es un éxito”, evaluó un funcionario de la Casa Rosada. “Lo simbólico es muy importante, sobre todo para Trump. Incluso aunque después no cumplan con lo que acuerden”.