Cinco años después del detonante de la llamada “ guerra contra el terrorismo”, que dejó un saldo de 2.973 muertes por los ataques en Nueva York, Washington y Pennsylvania, Estados Unidos continúa con su ofensiva en Irak y Afganistán, donde la cantidad de soldados y civiles estadounidenses fallecidos sobrepasaron ampliamente las provocadas el 11-S.
Sólo la cifra de soldados estadounidense caídos en Irak y Afganistán superó la semana pasada los muertos en territorio americano durante los atentados.
El mes pasado anticipándose al aniversario de los atentados el general Peter Pace, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, había advertido a los legisladores de su país: "Han pasado casi cinco años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y el número de hombres y mujeres en nuestras fuerzas armadas que han sacrificado sus vidas para que vivamos en libertad, se acerca al número de asesinados en Nueva York, Washington y Pennsylvania".
Los números de víctimas que maneja el Pentágono dan cuenta de que la mayoría de las bajas militares sucedieron en Irak, donde Estados Unidos fue incapaz de restaurar el orden tras la invasión que encabezó en 2003 para derrocar al régimen de Saddam Hussein. Sin embargo para el presidente George W. Bush, “Irak no sufre una guerra civil”.
En este marco, un sondeo divulgado por la agencia de noticias de noticias AP indicó que dos tercios de los estadounidenses estiman que el gobierno de George W. Bush destinó demasiado dinero a la guerra.
El resultado reveló que un 42% de los encuestados se pronunció a favor de recortar el presupuesto asignado a la guerra y por destinar más recursos para la reconstrucción de las áreas afectadas por el huracán Katrina.
Por otro lado, de acuerdo con un reciente estudio redactado por el centro de estudios Selis Council, en Afganistán se han gastado en operaciones militares 82.500 millones de dólares desde 2002 y sólo 7.300 millones de dólares en desarrollo.
El director ejecutivo del Senlis Council, Emmanuel Reinert, opinó que “se han gastado enormes sumas en operaciones militares, pero después de cinco años el sur de Afganistán es otra vez un campo de batalla por el control del país”.
