Al final de otra violenta jornada en Egipto, un nutrido tiroteo se escuchó en la noche del viernes en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, informó AFP. Ese es el epicentro de la crisis que tiene en jaque al gobierno del presidente Hosni Mubarak y mantiene en vilo a la comunidad internacional, especialmente a los Estados Unidos.
La balacera en la plaza sembró durante unos minutos el pánico en la multitud de manifestantes opositores al gobierno, que se hallaban allí reunidos, señaló un corresponsal de la agencia. En los últimos días, a fuerza de piedras y disparos jóvenes que apoyan a la presidencia han atacado a los críticos y a periodistas extranjeros que participan de la cobertura.
Más temprano, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el mandatario egipcio Mubarak debería "escuchar" a los manifestantes que llaman a que dimita inmediatamente, aunque no instó en forma explícita a que renuncie ahora.
Los egipcios amanecieron hoy rezando para que la revuelta en su país no desate nuevos baños de sangre después de que los enfrentamientos entre seguidores y opositores del presidente dejaran un saldo de al menos 13 muertos y más de 1500 heridos.