Si Hegel estuviese de moda no sería exagerado afirmar que el 14º Plan Quinquenal de la República Popular de China (RPC) es el reflejo de una práctica fundamentada en algo que le está faltando a Occidente: la confianza en la razón, en sentido filosófico. La capacidad de trasformar la razón en instrumento de planificación de un gobierno es casi un arte en China.
La Quinta sesión Plenaria del XIX Partido Comunista de China (PCCh) se reunió en la última semana de octubre (26 a 29) para delinear los contornos del plan quinquenal que ininterrumpidamente se lleva a cabo desde 1953. Más de 400 líderes del PCCh diseñan los objetivos del 14º Plan Quinquenal de China (2021-2025), que despliega una estrategia que incluyen metas a ser alcanzadas.
Las grandes metas son conocidas y reiteradas en diferentes discursos previos por el presidente Xi Jinping:
En la ONU, el líder chino anticipó la meta de alcanzar la neutralidad en CO2 para 2060;
En Shenzhen, en las celebraciones del aniversario de los 40 años de la Zona Económica Especial, Xi Jinping expresó que China atraviesa por reformas amplias, no solo mirando hacia fuera, sino al mercado doméstico con el objetivo de realizar una “sociedad moderadamente próspera” (meta del 13º Plan quinquenal), apostando en un concepto de desarrollo basado en la innovación, el foco en las personas y la ecología;
Con motivo de la conmemoración del 70 aniversario de China en la Guerra de Corea, China advierte a los Estados Unidos que la era del unilateralismo (también mencionado en la ONU) no tiene cabida en el futuro de las relaciones internacionales y que una de las metas para 2027 es que el Ejército de Liberación Popular, brazo armado del partido, sea una moderna fuerza militar.
Pero la razón de Hegel (y de Marx) tienen que “adaptarse” a las características chinas. Como expresa Qin Yaqing, debe enfocarse en una (meta)relación, que equivale al yin-yang, cuyo significado en la dialéctica china representa la “relación de relaciones” y la naturaleza esencial de todas las relaciones, incluidas las relaciones entre seres humanos, entre grupos sociales y entre estados nacionales, así como entre los seres humanos y la naturaleza.
Es en este sentido que la estrategia de la “Doble circulación” o “Doble dinámica de desarrollo” del 14º Plan Quinquenal debe ser comprendida. Su espíritu es dialéctico y virtuoso y engloba las metas destacadas.
En realidad, hay una doble dinámica del desarrollo en la propuesta. Primero es ayudar a superar los desafíos de la planificación de corto y largo plazo como se observa en el título del documento: “Propuesta formulada por el Comité Central del PCCh para el 14º plan quinquenal de desarrollo económico y social nacional y los objetivos a largo plazo para 2035”. En segundo lugar, promover un círculo dual virtuoso entre economía doméstica e internacional.
Algunos economistas ligados al gobierno afirman que China apostará al aumento del consumo doméstico, especialmente el consumo privado (bienes y servicios comprados y consumidos por los hogares) que debe estar en la vanguardia de la estrategia de la doble circulación. El pilar doméstico hará que el mercado nacional y el internacional se refuercen mutuamente.
Para ello:
Un objetivo es duplicar la clase media china que actualmente se estima en alrededor de 400 millones de personas. Es decir, llegar a 800 y 900 millones de personas, alrededor del 60% de la población total de China, durante los próximos 10 a 15 años.
Se calcula que habrá una reforma del sistema de distribución de ingreso para mejorar aún más el sistema de seguridad social y perfeccionar las transferencias del gobierno hacia los sectores vulnerables con el objetivo de erradicar la pobreza.
La autosuficiencia en tecnologías estratégicas (cibernética, chips, economía digital y procesos industriales) es una pieza esencial del engranaje del plan de desarrollo chino y es clave en la construcción de “circulación interna”, según el presidente Xi Jinping. Sus comentarios reafirman las expectativas de que China redoble sus esfuerzos para reducir su dependencia de la tecnología de los Estados Unidos para alcanzar la autosuficiencia tecnológica. Muchos analistas esperan que el plan ponga aún más énfasis en la financiación de la investigación.
El crecimiento económico tiene que enfocar en la calidad más que en cantidad. El enfoque ecológico (relación ser humano-naturaleza) del crecimiento es un imperativo del 14º Plan Quinquenal de China, en consonancia con el anuncio del Presidente Xi Jinping en la AG de la ONU. El crecimiento económico estará basado en los principios de innovación, coordinación regional, desarrollo verde, apertura internacional y equidad social.
Si bien las autoridades chinas no estipularon metas numéricas a las proyecciones de crecimiento (y quizás no lo consideren más relevante), algunos analistas calculan un crecimiento en torno del 5% del PBI para los próximos 5 años. El foco en la economía doméstica del plan no significa proteccionismo comercial, sino su contrario, la promoción de una mayor interconexión y libre comercio para: estimular la globalización con características chinas vía inversiones en infraestructura y evitar el desacoplamiento (decoupling) atrayendo las empresas extranjeras y fomentando las importaciones.
Como destacó el embajador de China en los Estados Unidos, Cui Tiankai, “las empresas extranjeras en China, incluidas las estadounidenses, son una parte integral de la circulación nacional de China. Y juegan un papel clave en los vínculos con el comercio internacional. China seguirá comprometida con la apertura de alto nivel, que impulsará las interacciones de las circulaciones duales”.
En otras palabras, la RPC está utilizando su fortaleza económica, su inmenso mercado consumidor en ascenso y la razón al servicio de la planificación como herramientas para modificar la geoeconómica global – hina como locomotora de la recuperación post Covid-19– y geopolítica, para desestimular cualquier aventura proteccionista y de desacoplamiento que promuevan los Estados Unidos. No es fácil para el “pensamiento Occidental” comprender la idea de dualidad como fuerza virtuosa y menos aún para el imaginario del capitalismo neoliberal, donde Estado y mercado son vistos como opuestos irreconciliables, el primero expresando el vicio y el segundo la virtud.
*Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais (PUC Minas
**Profesor Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ)